El tercero del Real Madrid en Los Cármenes fue un golazo. De esos que merece la pena poner en las escuelas. Al contragolpe, Karim Benzema conducía la pelota en superioridad numérica y decidió regalarle el gol a Luka Modric, que sólo tenía que empujarla. Pero el croata, contra todo pronóstico, prefirió asistir a Vinícius, que entraba por el centro. Y el brasileño, ya sí a placer, empujó la pelota e hizo el 1-3 ante el Granada CF.