Después de casi media temporada disputada, Fede Valverde aún no ha podido recuperar su mejor versión en el Real Madrid. El uruguayo ha bajado su rendimiento y, pese a que Ancelotti le ha colocado en los dos últimos partido como titular por necesidad, no encuentra su sitio en el equipo.
Contra el Cádiz si rayó a un buen nivel mientras el físico le aguantó pero volvió a caer contra el Athletic. En San Mamés, pese a colaborar en defensa, no se encontró cómodo sobre el campo en ningún momento y el equipo no pudo aprovechar su despliegue físico y llegada.
El calendario comprimido en este primer tramo de campaña, sumado a los viajes y partidos con Uruguay, ha impedido a Fede Valverde sacar su mejor arma: el físico. Sorprende que en un equipo como el de Ancelotti que sale tan rápido al ataque cuando roba el balón, el italiano no pueda explotar a un futbolista de las características del charrúa.
El estado de forma actual de Toni Kroos y Luka Modric tampoco ayuda a que Fede consiga mejorar su forma. Sólo el positivo por coronavirus del croata ha llevado centrocampista sudamericano a la titularidad, sin poder consolidarse como un fijo en el once como ya hiciera, sobre todo, a finales de 2019 e inicios de 2020.
Las vacaciones de Navidad con sus correspondientes días de descanso pueden servir al futbolista para recargar pilas de cara a intentar convencer a Ancelotti de que le aumente los minutos. Ya sea como mediocentro, volante, extremo o incluso lateral derecho, Valverde ha dejado claro que es un auténtico comodín para el equipo.