Asensio rompe la muralla con un golazo por la escuadra... y manda callar al Bernabéu

Como el día del Granada, el Real Madrid se encomendó a un trallazo de Marco Asensio para romper el cerrojo planteado por su rival. El balear doblegó a la zaga del Alavés con un golazo por la escuadra de Pacheco... tras el cual mandó a la grada que dejase de pitar.

Lo que cambia el fútbol en apenas dos minutos y dos jugadas. El runrún volvió a las gradas del Santiago Bernabéu después de un error del futbolista mallorquín, que intentó ceder un balón atrás a Courtois y al que encontró fue a Pere Pons. El catalán acababa de entrar al campo y acusó la frialdad fallando delante del belga.

Los silbidos que llegaron ahí por parte de la afición del Real Madrid, al igual que en el descanso, pronto pasaron a ser aplausos. Lo que tardó el propio Marco Asensio en recoger un balón en la frontal babazorra y, sin coger carrerilla, se sacó un disparo imposible para Pacheco que se coló por la escuadra del extremeño.

Lo celebró con rabia el jugador merengue y se dirigió a su afición, reclamando más apoyo en lugar de silbidos mientras Carlo Ancelotti pedía calma. Una imagen tras la que el anotador blanco se besó el escudo para sellar la paz que él mismo había roto con sus seguidores tras anotar su séptimo tanto en LaLiga Santander.

Completó un gran partido al final el internacional español, colaborando en el jugadón que Vinícius transformó en el 2-0 del partido. Justo después llegó su cambio y, ahora sí, la merecida ovación del Santiago Bernabéu, que sabe reconocer los méritos de un jugador más enchufado que en las últimas temporadas.