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El Real Madrid se agarra a ellos para sentenciar LaLiga y seguir soñando en Champions

Courtois, tras El Clásico entre Real Madrid y Barcelona (Foto: Cordon Press).
Roberto Morales

Hay momentos de la temporada en los que ganar prima por encima del juego. Justo ahí se encuentra un Real Madrid aún aturdido tras la 'bofetada' del clásico, que sacó con más oficio que juego el encuentro de Balaídos, amparado en dos salvadores en puestos clave del equipo, la portería y el delantero centro, con Thibaut Courtois y Karim Benzema pugnando por ser el jugador clave de una LaLiga Santander que se tiñe de blanco.

El triunfo era obligado y Balaídos un terreno propicio para hacerlo en la historia reciente. Si derrota en sus siete últimas visitas ligueras, con seis triunfos y un empate. No falló el Real Madrid en cuanto a resultado pero sembró dudas en el juego y el estado de varios de sus jugadores. Los parones por partidos de selecciones siempre afectan y en esta ocasión lo hizo especialmente con aquellos que cruzaron el charco.

La UEFA Champions League es una competición especial para el Real Madrid, capaz de activar un interruptor y sacar la versión del rey de Europa, el ganador de trece 'orejonas' y un potencial que puede llevarse a cualquier por delante. Le ocurrió al PSG como última víctima, cuando sentía la eliminatoria de octavos en el bolsillo con una exhibición de Kylian Mbappé que quedó en nada ante el arrebato madridista.

Pero la realidad de un equipo que lidera con holgura en una Liga que hace tiempo sintió más que encarrilada, no esconde aspectos tácticos a mejorar si quiere llegar más lejos que estar entre los ocho mejores de Europa. La renuncia al bloque bajo tras lo ocurrido en el Parque de los Príncipes cuando ni siquiera chutó a puerta rival, dio paso a un intento de adelantar líneas que impulsase una presión adelantada que ha quedado en nada.

En Vigo, el Real Madrid fue pura indefinición. Una presión desordenada cuando lo intentó. Un centro del campo superado y que pedía a gritos refuerzos sin que Carlo Ancelotti, desde su casa por coronavirus, aumentase una pieza en la medular para jugar con cuatro ni metiese el poderío físico que crece con la presencia de Fede Valverde, afectado por el largo viaje y pocas horas de sueño, ni Eduardo Camavinga.

El termómetro del Real Madrid suele personificarse en Casemiro. Cuando al brasileño se le ve sufrir, llegar tarde a las coberturas, ser superado en carrera por los rivales con facilidad, se extiende el sufrimiento a todo el equipo. Así fue ante un Celta que buscó con insistencia un premio que solo evitó las grandes intervenciones de Thibaut Courtois. Otro día más en la oficina con cuatro paradas, tres de las que dan puntos. "Es el mejor del mundo, llega donde otros no lo hacen. Es increíble como salvó la falta", dijo resignado el capitán del Celta, Iago Aspas.

El 'momento Benzema'

El Real Madrid es uno con el delantero francés y otro en su ausencia. Es el futbolista referencia de un equipo que pierde pegada sin él. A una de sus víctimas preferidas, un Celta al que ha marcado once tantos, siete de ellos en sus tres últimos enfrentamientos, volvió a demostrar liderazgo. Había fallado el segundo penalti del que dispuso en un momento clave. Tras ser empatado por el Celta, en momentos de duda. La aparición de la velocidad de Rodrygo provocó la segunda pena máxima y Dituro le adivinó las intenciones.

Otro jugador habría cedido la responsabilidad en el tercer penalti, Benzema no. Asumió todo el peso de una nueva pena máxima con la convicción de que no volvería a fallar. Lo ajustó al poste y dio un triunfo clave en el camino al título. Un mensaje a Barcelona y Sevilla. Una fecha menos en el calendario en un estadio donde era obligado ganar sabiendo que aún tiene por visitar el Sánchez Pizjuan o el Metropolitano.

Benzema celebra su gol en el Celta-Real Madrid (FOTO: EFE).

Benzema, como Cristiano Ronaldo hace unos años y antes Raúl González, comienza a ser noticias por superar récords goleadores. La mutación de aquel 9 en el dorsal que construía más juego y asistencias para sus compañeros que goles para él, ha pasado a ser un delantero demoledor. Lo muestran sus números. Con 34 años firma la mejor temporada materializadora de su carrera. Nunca antes marcó 34 tantos y tiene aún ocho jornadas ligueras por delante para ensanchar su registro y, como poco, los cuartos de final de 'Champions'.

Tras igualar a Alfredo di Stéfano como tercer máximo goleador madridista en la historia de Liga (216 goles). Dar caza a Raúl (228) es uno de los retos del francés. Otro, alcanzar los 40 goles en una temporada, algo que solo logró Cristiano Ronaldo. Sus tantos se reparten entre los 24 goles de Liga, siete en la Liga de Campeones y dos en una Supercopa de España que fue el primer título del curso para el equipo de Ancelotti. El italiano no tiene sustituto para Karim y cruza los dedos para que la lesión muscular que acaba de superar, sea la última del curso.

El aviso de Courtois al Real Madrid

"Tenemos que dar más porque nos falta intensidad a veces. Allí no podemos fallar en eso, luego el fútbol lo tenemos". Con esa claridad habló Courtois tras un triunfo. Entre la tentación de reservar fuerzas para una cita europea y la realidad de ser superado por un rival que te somete desde el apartado físico, debe encontrar razones a su reflexión una plantilla salvada por los "paradones" que reivindica el portero belga cada vez que atiende un micrófono.

Un reconocimiento propio justificado que, bien sabe, que en ocasiones no sirve ante un rival de entidad en la Liga de Campeones. Tras superar el duro examen del PSG, al Real Madrid le espera el vigente campeón de Europa y una cita el miércoles en Stamford Bridge, en la que debe recuperar su verdadero potencial para obtener un buen resultado.

Sus dos últimas salidas en eliminatorias europeas salió derrotado. El 2-0 que cerró la eliminación en las últimas semifinales ante el Chelsea y un 1-0 frente al PSG, donde se defendió hasta ceder en la última jugada del partido ante el empuje de Mbappé, que fue un punto de inflexión. Londres marcará el camino de la temporada del Real Madrid.

Paradón de Thibaut Courtois en el Celta-Real Madrid (Foto: RMCF).

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  1. pasaba por aquí

    Arbitros son amores y no buenos goleadores.

  2. Anselmo

    Totalmente de acuerdo con vd. A veces se debían de jugar partidos sin árbitro,verdad?El árbitro es bueno si pita lo que yo quiero aunque no sea legal y muy malo si no pita lo que yo no quiero.Hay que ser más objetivos y menos arbitruchos.

  3. Roque

    Los salvadores fueron Curtois, Benzemá y EL ÁRBITRO.