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Florentino Pérez le vende por la poca confianza de Ancelotti tras 11 años en el Real Madrid

Óscar Maya Belchí (EFE)

Tras once años en la cantera del Real Madrid, en la que fue parte importante del equipo que ganó al primera UEFA Youth League en la historia del club, en 2020, Miguel Gutiérrez hace las maletas rumbo a un Girona FC en el que tendrá su ansiada oportunidad de medirse regularmente en la élite.

Sus comienzos fueron en el equipo de su Pinto natal y lo hizo jugando al fútbol sala en un pabellón cubierto en el que tenían que regatear sillas y mesas como si fueran rivales. En 2006 fichó por el Getafe, donde permaneció cinco años formándose como futbolista ya sobre césped, hasta que su evolución llamó la atención del Real Madrid y lo incorporó para el Alevín B.

Le costó adaptarse en los dos primeros años, pero a partir de las categorías infantiles comenzó a crecer y empezó a quemar etapas. Seis meses en el Juvenil B y José María Gutiérrez ‘Guti’ apostó por Miguel para dar el salto al ‘A’, donde llegó a ser capitán del equipo.

El 31 de julio de 2019, cuatro días después de proclamarse campeón de Europa sub-19 con la selección española, en la que ha pasado también por la sub-16, sub-17 y sub-21, cumplió su sueño de debutar con el primer equipo en pretemporada. Cumplió la promesa que le había realizado a su abuelo Ignacio, fallecido cinco años antes.

Ambos estaban muy unidos y cuando este murió, Miguel transformó el dolor en motivación y prometió que triunfaría en el Real Madrid, como tantas veces soñó su abuelo, a quien le dedicó su debut con el primer equipo en partido oficial.

Miguel Gutiérrez, durante el Real Madrid-Sheriff (Foto: Cordon Press).

Hace dos temporadas, el 21 de abril de 2021 se estrenó frente al Cádiz y la pasada campaña jugó 327 minutos, repartidos en cuatro encuentros -tres en LaLiga Santander y uno en la UEFA Champions League- todos ellos como titular, en los que dio una asistencia.

No tuvo continuidad ni la confianza de Carlo Ancelotti. Volvió a las órdenes de Raúl González Blanco, quien ha estado mimando y perfilando su progresión en el Castilla. En abril tuvo que pasar por el quirófano para solucionar unas molestias que arrastraba en el menisco de la rodilla izquierda; su recuperación fue mejor de lo previsto y pudo despedirse jugando 25 minutos en el último encuentro liguero contra el Betis B. A la postre su último encuentro con la camiseta blanca.

Llegó a tope para la pretemporada, pero el hueco que esperaba tener tras la marcha de Marcelo, como alternativa a Ferland Mendy en el lateral izquierdo, no fue tal, por lo que su idea fue salir a un club de primer nivel, con el Real Madrid guardándose una opción preferencial de cara al futuro.

Míchel le convenció para dejar el Real Madrid

Numerosas fueron las ofertas que llegaron a los agentes de Miguel Gutiérrez, y la del Girona fue la elegida por la insistencia y confianza de Miguel Ángel Sánchez 'Míchel', que ve en el canterano madridista un lateral izquierdo perfecto para su estilo de juego ofensivo. Minutos para crecer, la clave de la decisión de Miguel.

Su entorno destaca a EFE de él su madurez y sencillez. Estudiante de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, de la que le quedan dos asignaturas para acabar. Sin tatuajes ni piercings, apuesta por la comida sana -totalmente olvidado un problema intestinal que le causó problemas a finales de 2020- y por refugiarse en la familia.

Un ejemplo de esto fue que tras recibir la llamada de Zinedine Zidane para incorporarse a los entrenamientos de la primera plantilla en 2019, acudió a la Ciudad Deportiva de Valdebebas con el Kia Sportage de su padre y al volver a casa contó, entre risas, lo bien rodeado que estuvo entre coches de alta gama.

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