Rodrygo, 'O Rei' del barro
El Real Madrid sufrió para conseguir la victoria en su visita al Cacereño en la tercera ronda de Copa del Rey. Los extremeños, de Segunda División RFEF, plantaron cara a los campeones de Liga y Champions hasta que Rodrygo resolvió la papeleta con una genialidad.
El día era histórico en Extremadura. Por primera vez el Real Madrid visitaba el Príncipe Felipe (aquí sigue siendo Príncipe) en partido oficial y una región entera se puso de gala para recibir al campeón de Europa.
Mérida y Extremadura ya pisaron la máxima categoría pero ningún club de la provincia cacereña ha jugado en LaLiga Santander. El único precedente en este estadio, un Atlético de Madrid-Deportivo que Jesús Gil se 'trajo' a Cáceres ante un cierre del Vicente Calderón.
Estas son las noches que hacen grande a la Copa del Rey y representantes de toda Extremadura se dieron cita en el estadio. La llegada, como la del Real Madrid, en autobús. En tren igual hubieran estado disponibles para la segunda mitad, como bien apuntaron los aficionados en la previa.
El partido empezó con el Cacereño apretando, valiéndose de una grada que desafiaba al frío para no dejar de animar y, por qué no decirlo, también del césped. Jugadores como Tchouaméni o Camavinga habrán alucinado al jugar en un terreno así después de una final de un Mundial pero si el Don Benito, el Melilla o el Navalcarnero tienen que jugar aquí, también le tocará al Real Madrid.
Era un día de fiesta y de reivindicación de una Extremadura cuyas malas conexiones de transporte han quedado evidentes cuando a los 'ricos' les ha tocado venir.
Merenciano y Gomis, junto a los balones parados, llevaban el peligro al área de Lunin mientras Dani Ceballos parecía ser el único en entender de qué iba este partido. La banda derecha con Lucas y Asensio también se activó mientras que Eden Hazard bastante tenía con no pisar mal en el terreno de juego y Rodrygo se entretenía con filigranas que no llegaban a ningún lado.
Odriozola estuvo superado en su primera y posiblemente última oportunidad de jugar esta temporada hasta su cambio por problemas físicos. Al Real Madrid le salvaba en defensa un Militao cuyo poderío físico no entiende de categorías y terminó pidiendo la hora en la primera mitad.
Ancelotti arrancó en el descanso con su política de reparto de minutos en este 2023 tan cargado de partidos. Lo hizo quitando a Militao y a un Tchouaméni perdido. No cambió mucho el guion tras la reanudación, ni siquiera con eso tan extraño que fue ver a Vallejo como lateral zurdo.
Fútbol de los de antes, con pelea en cada balón sobre el barro y con un público que entonaba el 'Sí, se puede' en cada córner cuando no se divertía haciendo la ola. Y con los minutos pasando, al final, en la balanza, pesó la calidad.
En este caso la de Rodrygo, que apenas había creado peligro en la primera hora de partido. Se sacó de la manga un golazo espectacular digno de Pelé, a quien dedicó el tanto tras el reciente fallecimiento de 'O Rei'.
Los extremeños intentaron despertar pero ya las fuerzas estaban juntas. Turno ahí en el Real Madrid para darle minutos a Álvaro Rodríguez y Arribas, que le pusieron ganas y le dieron al equipo la garra que hacía falta para mantener el resultado.
Y es que, desde el gol hasta el final, poco más pasó salvo un conato de pelea después de la enésima falta a Ceballos. Con el pitido final, todo un Príncipe Felipe en pie para aplaudir a un Cacereño que dio la cara hasta el final en un partido para la historia del fútbol extremeño y del Decano de sus clubes.