David Alaba ha sido franco con su rendimiento en la presente campaña tras el parón de selecciones donde ha vuelto a liderar a la selección austriaca en los encuentros de clasificación de la Eurocopa 2024. El defensa ha afirmado que "se ha cuestionado a él mismo y ha sacado sus propias conclusiones sobre su rendimiento".
"También me cuestioné a mí mismo y saqué conclusiones. Tal vez fue un poco demasiado pronto. Jugué muchos partidos cada tres días seguidos. Tal vez debería haber controlado los partidos de manera un poco diferente", comentaba el defensa austriaco tras volver a jugar en un terreno de juego más de un mes después de su lesión con el Real Madrid en Champions ante el Liverpool en Anfield.
"Estoy muy feliz de estar de vuelta en el terreno de juego. Trabajé mucho para eso. Tenemos partidos muy importantes por delante en la Liga, en la Copa del Rey y la Champions League y todavía tenemos objetivos esta temporada que queremos lograr" comentaba Alaba de cara al duro hueso que es el tramo final de la temporada para el conjunto de Carlo Ancelotti.
Tras una primera temporada brillante, en la que no le pesó el hecho de suplir en el número y lugar a una leyenda del madridismo como es Sergio Ramos, Alaba respondió con galones y seguridad el hecho de defender la portería del Real Madrid semana tras semanas, además de dejar imágenes para la posteridad en los anales blancos como la silla de la remontada al PSG.
Con Militao, formó el austriaco una defensa temible, aunque este año su nivel ha bajado de forma considerable, siendo relegado la mayoría de las veces al ostracismo del banquillo por Antonio Rüdiger. Alaba quiere dar un golpe sobre la mesa y demostrar en el último tramo que puede ser el defensa que aterrizo en junio de 2021: fuerte, rápido al corte, seguro de sí mismo y capacitado de defender la camiseta blanca con uñas y dientes.