El Real Madrid ha sumado otro título más a sus vitrinas con su victoria por 2-1 ante Osasuna en la final de la Copa del Rey. La coronación del día no llegó en Westminster, sino en La Cartuja, donde Vinícius dejó claro que ya es el jugador franquicia y estrella de un equipo que no deja de ganar.
Vinícius Jr. ha pasado por diferentes roles desde que llegara al Real Madrid. Desde el personaje cómico protagonista de los memes en sus inicios a actor secundario de lujo la pasada temporada por detrás de Karim Benzema. En esta, ya es el protagonista.
Todo gira en torno a Vini. Incluso antes de empezar el partido, cuando le negó el saludo a Sánchez Martínez y el equipo arbitral. La primera versión que mostró fue la de héroe del madridismo, con una jugada espectacular que terminó culminando Rodrygo en el 1-0 cuando aún no había transcurrido un minuto y medio de partido.
Arrasate sorprendió colocando a Moncayola en el lateral derecho de Osasuna y al canterano rojillo le tocó sufrir a un jugador convertido en vendaval. Ahí comenzó a sacar el 'otro fútbol', el de las faltas, los golpes y una que otra palabra fuera de tono que terminan siendo la 'kryptonita' de Vinícius.
A pesar de que con el balón en los pies seguía siendo brillante, cada vez parecía más centrado en la bronca. A Vini le dan. Mucho. Pero tiene una tendencia a buscar la confrontación en la que solo se perjudica a sí mismo... y a su equipo.
El partido seguía y el gol se rozaba en la ocasión de Abde que tuvo que sacar Carvajal en la línea y las de Benzema y Alaba para el Real Madrid, desbaratadas por Sergio Herrera y el larguero, respectivamente. Mientras, Vinícius seguía peleando con sus demonios.
El '20' alternaba regates de todo tipo, por técnica y por velocidad, e incluso un golazo que rozó, con peleas. David García se unió a Moncayola para sacarle del partido y la grada de Osasuna reaccionó con un lamentable "Vinícius, muérete" y todo tipo de insultos al brasileño que ya le habían dedicado en la previa, sabedores de lo que iba a pasar.
Benzema en el campo y Lucas y Ceballos en la banda intentaban calmar al futbolista, ya harto de patadas, piques y esos insultos desde la grada. Sobre todo cuando vio su enésima amarilla por protestar. Todo fue a peor en el túnel de vestuarios cuando el Chimy Ávila fue a buscarle y Rüdiger y Lucas Vázquez tuvieron que frenarle.
En la segunda, el protagonista del encuentro se tomó un respiro y apareció una nueva trama centrada en el lío en la grada de Osasuna. El gol de Torró, canterano madridista, desató la locura con una avalancha que tiró la valla y una bengala que obligó incluso a la actuación de los bomberos, actores inesperados en una final de Copa del Rey.
Cuando peor lo pasaba el Real Madrid, allí apareció de nuevo el de siempre, Vinícius. Otro jugadón por la banda que no encontró rematador pero que sí cazó Kroos, con un disparo que rebotó en la defensa y que terminaría cazando Rodrygo para poner el 2-1. Todo héroe necesita a su ‘Robin’ y, en este Real Madrid, ahí está su compatriota para aparecer siempre en los momentos decisivos.
De ahí al final, más de lo mismo. Más regates, una casi asistencia a Benzema, un poco de sufrimiento y otro título. De Cáceres a Sevilla, el Real Madrid ha completo una Copa del Rey histórica dejando, además, por el camino a Atlético de Madrid y Barcelona. Casi nada.