En el Real Madrid tienen por delante una difícil decisión que tomar. Porque David Alaba se ha colado en la agenda de varias escuadras de la Premier League, y en especial, de la Juventus de Turín, que se han interesado por su contratación, y están por la labor de ofrecer una cifra importante. Aunque no se han detallado las cantidades exactas que pueden llegar a pagar por el polivalente zaguero, se especula con propuestas superiores a los 45 millones de euros.
Y esto ha hecho dudar a Florentino Pérez. Pese a que hasta hace muy poco consideraba intocable al internacional austríaco, y no es para menos, tras el primer año brillante que realizó, ahora ya no lo ve tan claro. Las constantes lesiones que le han acompañado en los últimos meses le han convertido en una pieza prescindible, y a esto hay que añadir la competencia que existe con Antonio Rüdiger por una plaza en el once inicial, puesto que Eder Militao es un fijo.
Carlo Ancelotti ha preferido alinear antes al ‘4’ que al central alemán en las grandes citas, pero todo puede sufrir un vuelvo tras ver el brillante desempeño del ‘22’ ante el Manchester City de Pep Guardiola, siendo decisivo para secar a Erling Braut Haaland. El ex del Bayern de Múnich y del Hoffenheim puede ver como su papel pasa a ser secundario a partir de ahora, lo que le coloca aún más en la rampa de salida para abandonar el Santiago Bernabéu.
Desde el diario ‘El Nacional’ han revelado que el Madrid no descarta separarse de Alaba, para de este modo poder conseguir importantes ingresos y hacer negocio con un futbolista que está a punto de cumplir los 31 años, y que no ha sido tan constante como se esperaba este curso, a diferencia del primero. Llegó gratis, y por lo tanto podrían obtener una importante plusvalía. Las dudas son más que razonables, y ‘Carletto’ ha hecho saber que no quiere estar implicado en este asunto.
Así pues, será Florentino Pérez quien tenga la última palabra sobre si merece la pena mantenerlo en la plantilla o no. Y, por supuesto, también será necesario conocer la opinión del jugador, que si no quiere marcharse, no está obligado a hacerlo, al tener firmado hasta el lejano 2026.