Kepa Arrizabalaga ha caído de pie en el Real Madrid. El portero vasco llegó como un fichaje no previsto en la agenda de Florentino Pérez pero la lesión de Thibaut Courtois obligó al club blanco a tener que llamar al Chelsea para hacerse con sus servicios.
A sabiendas de que se trataba de una necesidad del club blanco, los londinenses no pusieron complicación alguna para dejar salir a Kepa, cuya decisión desde que tuvo conocimiento de la oferta siempre fue la de poner rumbo al Santiago Bernabéu.
El Chelsea quería hacer limpieza después de una temporada desastrosa en la que se quedó fuera de las competiciones europeas. La llegada de Mauricio Pochettino comenzó con un baile en la portería que no dejaba claro qué rol iba a tener Arrizabalaga en el equipo.
Primero fue la marcha de Eduard Mendy a Arabia Saudí y luego el fichaje de su compañero de selección, Robert Sánchez. Por ello, el Bayern de Múnich llamó a la puerta de Stamford Bridge para hacerse con Kepa como reemplazo a Sommer mientras esperaban la vuelta de Manuel Neuer. Una propuesta que el propio portero madridista reconoció en una entrevista para Diario Marca.
"Es verdad que Pochettino quería que me quedase y me decía que iba a jugar, que confiaba en mí, pero yo pensé que un cambio me vendría bien. Me apetecía un cambio. Me llamó Thomas Tuchel. Estábamos cerca de ir a Múnich", confesaba Arrizabalaga.
Sin embargo, todo cambió cuando el Real Madrid llamó al Chelsea para hacer una cesión lo más rápida posible, aunque a Kepa tampoco le hizo falta demorar mucho su decisión: "Me dije, joder que se puede dar. Analicé el momento porque fue rápido, fue tomar decisiones rápidas y tener que decidir rápido. Tampoco hubo demasiado que pensar, me apetecía mucho. Al final el Real Madrid es el Real Madrid. Cuando te llama el Real Madrid pocas cosas hay que pensar".
Aunque el movimiento se terminó dando, sus caminos apunto estuvieron de encontrarse en 2018 antes de fichar a Courtois si no hubiese sido por su alto precio. Sin embargo, Kepa dejó claro que siempre tuvo un amor especial por el Santiago Bernabéu: "En las tres últimas temporadas, con el Chelsea, nos habíamos enfrentado al Madrid y siempre al llegar giraba a la izquierda, al vestuario visitante, y tenía ganas de girar a la derecha, al vestuario local. Había jugado ahí con la selección, pero hacerlo con el Madrid en el nuevo Bernabéu fue un placer".
El guardameta ha sido titular en los dos últimos partidos de Liga y le ha arrebatado su puesto a Lunin. Ahora vive todo un sueño con la camiseta blanca y ha dejado claro que su deseo esta temporada es "sumar los máximos puntos posibles para que en competiciones de Copa y Champions lleguen a la final y ganar".