El nuevo esquema que ha instalado Carlo Ancelotti en el Real Madrid no está convenciendo a Fede Valverde. El futbolista uruguayo prometió el pasado mes de julio "recuperar su mejor versión" y, por el momento, su rendimiento no se ha materializado en los resultados que logró hace justo un año.
Lejos ha quedado aquella imagen en la que pasó de ser el "pajarito" a ser el "halcón". Su hambre por comerse el césped en cada partido le otorgó la titularidad indiscutible para la banda derecha, superando a Rodrygo y Asensio, y poco tardó en alcanzar los diez goles que le prometió a Carletto aquel verano. Sin embargo, desde hace unos meses no se ha visto esa imagen que maravillaba al Santiago Bernabéu y este comienzo de temporada no se ha salido del guion.
El conjunto blanco decidió cambiar su esquema por la falta de un "9" estrella y con la llegada de un Bellingham instalado como un segundo punta. Con el 4-4-2 instalado, Fede tuvo que retrasar su posición de extremo a cuarto centrocampista, algo que ha provocado que no haya tenido influencia alguna en labores ofensivas.
En las tres primeras jornadas fue titular y disputó los 90 minutos pero no fue capaz ni de anotar ni asistir en ninguno de ellos, lo que provocó que partiera como suplente en el partido frente al Getafe. Unos números que contradicen el arranque de campaña hace un año con un gol y una asistencia en los cuatro primeros partidos de Liga.
En el arranque liguero se ha observado mucha intranquilidad respecto a la faceta goleadora del equipo. Si no hubiera sido por la explosión del centrocampista inglés el Real Madrid no sería líder y no hubiera empezado a pagar tan pronto los estragos de no haber fichado un punta de categoría mundial.
Con la plantilla ya cerrada, Ancelotti necesita recuperar la mejor versión del charrúa para tener un puñal en la banda derecha que reparta goles a los delanteros y recuperar ese entusiasmo por atreverse más a hacer disparos de larga distancia.
Por el momento, la confianza sigue siendo plena en que, una vez abra la lata, su mejoría será más progresiva. Se trata de una temporada en la que no destacarán los delanteros centros y serán los jugadores de segunda línea quienes tendrán que tirar del carro.