A pesar de que el derbi ante el Atlético de Madrid terminó siendo amargo para el Real Madrid, Brahim Díaz vivió una noche mágica en el Santiago Bernabéu, de donde salió ovacionado. Unas molestias en las cervicales de última hora de Vinícius Junior le dieron la titularidad al futbolista malagueño, que marcó el primero pero que dejó escapar la sentencia tras firmar una buena jugada individual.
Esta última fue una decisión de Carlo Ancelotti en cuestión de minutos. ‘Vini’ se retiró del calentamiento y fue Joselu Mato el que salió a calentar al césped con máxima intensidad.
Todo apuntaba a que fuera él el sustituto, sobre todo tras su doblete en Getafe el pasado jueves. Incluso la megafonía del estadio anunció a Joselu segundos antes de que los jugadores saltaran al terreno de juego para el arranque del encuentro; pero Ancelotti eligió a Brahim.
El técnico buscó desequilibrio por ambas bandas, sobre todo por la derecha en la que Rodrigo Riquelme sufrió mucho durante los 45 minutos que estuvo sobre el terreno de juego. Y la apuesta le salió a la perfección.
Ya en el minuto 3, Brahim avisó de que estaba preparado para entrar, con un disparo raso que atajó Oblak. Y en el 20 firmó el 1-0 en una jugada de pillo, con un toque de suerte por el mal despeje de Koke al cruce, pero en la que también dejó muestra de su calidad.
Le cayó el balón dentro del área y, lejos de disparar de primeras, controló y dio un toque extra para dejar vencidos a los defensas y superar a Oblak.
Y tuvo en sus botas el partido perfecto. Pero solo le faltó la definición. En el minuto 70, encaró a Mario Hermoso, se fue de él con un recorte y caño, recortó a Witsel dentro del área, pero definió largo con la zurda buscando el palo largo.
No marcó, pero su afición se levantó de los asientos para aplaudirle, en una cerrada ovación que se extendió en el tiempo ya que, acto seguido, Ancelotti dio entrada a Joselu en su lugar.