Todo apuntaba a que todos los focos del Valencia- Real Madrid iban a estar dirigidos a Vinicius. Y así fue. Fuera del estadio se convirtió en imagen contra Peter Lim. Dentro, cada vez que tocaba el balón, sonora pitada. El brasileño no se amilanó y marcó el 2 – 1. Su celebración dará mucho de qué hablar, sobre todo tras lo ocurrido en el campo che el curso pasado. Se planto en mitad del campo y enfrentándose a los hinchas de la grada de animación, alzó el puño.
Esta imagen la hemos visto varias veces a lo largo de la historia. Una de las más icónicas, en los Juegos Olímpicos de México de 1968. Los estadounidenses Tommie Smith y John Carlos quedaron primero y tercero en la final de 200 metros. En el podio, con un guante negro, alzaron el puño.
El gesto de los atletas fue una respuesta al trato que recibía la población negra en Estados Unidos. Tommie Smith explicó en su biografía que fue “un saludo por los Derechos Humanos”. Uno de los que quiso explicar de la manera más explícita posible el gesto fue el psicólogo Oliver James. "Es una forma de indicar que uno intenta enfrentar una gigantesca fuerza institucional, malvada, con fuerzas propias. Uno es un individuo que se siente ligado a otros individuos en la lucha contra un estatus quo opresivo".
El gesto ha sido adoptado como símbolo de resistencia antifascista, antirracista o feminista. Ha sido el icono de partidos como el de las Panteras Negras en los años 60 en Estados Unidos, del Frente Popular en la Guerra Civil o del movimiento feminista.
Aunque el Valencia tomó las medidas adecuadas contra los que le insultaron de modo racista y los propios valencianistas han querido enterrar el episodio, Vinicius no olvidó y quiso mostrar al estadio su rechazo al racismo.