El Real Madrid vive un momento de plena felicidad. En contraposición con el caos que se vive en Can Barça, en el Santiago Bernabéu se respira paz y felicidad. Y en la última semana de liga, con la final de Champions League a nueve días, algunos jugadores del Real Madrid se han relajado en la tarde del jueves yendo a ver los toros a la Plaza de Las Ventas.
Ha sido el caso de Nacho y Lucas Vázquez, que, en un ejercicio de empapar de cultura de nuestro país a uno de sus compañeros extranjero, se han llevado a Antonio Rüdiger con ellos, como se puede ver en el vídeo que encabeza la noticia.
Los tres han aparecido poco después de las siete de la tarde por la zona y antes de entrar se han encontrado con una nube de periodistas que, cómo no, se han interesado por el futuro de Nacho en la casa blanca.
El defensor no ha soltado prenda y ha sido claro con que ese no era el momento para hablar. “Vengo a ver los toros, por favor”, respondía el capitán del Real Madrid.
Lucas y Rüdiger, aprovechando que el central se llevaba todos los focos, han pasado un poco más desapercibidos en la entrada al recinto.
Con la liga ya ganada y celebrada y la final de Champions a poco más de una semana, el balance del Real Madrid en esta campaña 23/24 es más que positivo. Eran muchas las voces que seguían hablando de transición con un equipo en el que, a priori, no había una estrella clara.
Pero las figuras de Vinicius y Bellingham han irrumpido en el ataque blanco para convertir esa ‘falta de jugadores clave’ en ‘una plantilla repleta de jugones’.
Porque si a estos dos nombres le sumamos los de Toni Kroos y Carvajal, siempre sobresalientes, el del propio Rüdiger y su despliegue en las citas importantes y el de Andriy Lunin, emergente ante la baja de Courtois, cada línea se hace con perfiles más que sobresalientes.
Lejos de los líos extradeportivos, como tanto se ven en el máximo rival, en el Real Madrid viven un momento muy dulce, que puede seguir creciendo ante la llegada de nuevos megacracks el próximo verano. Pero, de momento, a cerrar el curso con una nueva ‘orejona’ y despedir a, de momento, Toni Kroos como se merece