Después de dos días de descanso tras el empate del domingo en Mallorca (1-1), los futbolistas del Real Madrid volvieron a entrenar en una Ciudad Deportiva de Valdebebas en la que el italiano Antonio Pintus, preparador físico, tomó el protagonismo. Tras la polémica por la reivindicación de Rodrygo en redes sociales, los jugadores aprovecharon para hacer piña durante estos días libres antes de ponerse de nuevo manos a la obra.
Con solo dos ausencias por lesión, David Alaba y Eduardo Camavinga, los jugadores llevaron a cabo pruebas físicas con un test de alta intensidad para comprobar el estado de forma actual tras la pretemporada y aumentar el ritmo para los tres partidos de LaLiga EA Sports antes del primer parón de selecciones del curso.
Unas pruebas en las que las protagonistas fueron las máscaras de hipoxia, que ya son una herramienta de trabajo más en la planificación física de Pintus.
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Estas se colocan sobre la boca y la nariz de los futbolistas, regulan el oxígeno que entra en el organismo y miden las pulsaciones por minuto, la frecuencia cardíaca y el estado general de cada jugador simulando un entrenamiento de gran exigencia, como si entrenaran a gran altura aunque trabajen sobre el césped de la Ciudad Deportiva Real Madrid de Valdebebas.
Exigente entrenamiento matutino para el Real Madrid a cuatro días de recibir al Valladolid en el primer partido de LALIGA EA SPORTS en el Santiago Bernabéu, el domingo a las 17:00 horas CEST (-2 GMT), en un partido que supondrá el primero del francés Kylian Mbappé como madridista en su nueva casa.
Un encuentro en el que los de Carlo Ancelotti necesitan la victoria para acabar con las dudas generadas por el empate en Mallorca en la primera jornada. A pesar del triunfo ante la Atalanta en la Supercopa de Europa, el duelo de Son Moix evidenció varios desajustes entre los jugadores con el nuevo esquema que deben corregir ya desde este domingo.