Partidazo el vivido en el Ettihad Stadium. Y si muchas miradas estaban puestas en Erling Haaland, que anotó su primer gol ante el Real Madrid, y Kylian Mbappé, que dejó una de las imágenes del partido, sin duda el héroe fue Brahim Díaz. Su entrada al campo en los últimos minutos fue clave para que los de Carlo Ancelotti acabaran llevándose la victoria.
El malagueño, canterano del Manchester City, todavía se acuerda de su pasado y lo demostró ante la que fue su afición. Brahim saltó al terreno de juego y aprovechó el error de Ederson para colocar el empate. El portero no pudo detener el disparo inicial, dejando la pelota muerta con el pecho, y el español no falló colocando un gol que dio esperanzas al equipo blanco. En su celebración, el futbolista se acordó de su ex equipo y pidió perdón.
"Estoy en el mejor club del mundo, muy contento de estar donde siempre he soñado estar. Lo celebré por lo que nos estamos jugando, pero estoy muy agradecido a ellos, me trataron increíble", decía sobre su celebración de gol.
Pero el gol de Brahim no sólo supuso el tanto del empate, sino que sirvió también para salvar el error que había tenido Dani Ceballos. El mediocentro español, que había sido clave en el centro del campo y había logrado una asistencia a Kylian Mbappé en el primer gol blanco, tiró todo el trabajo por la borda.
Un infantil penalti de Ceballos ante Phill Foden provocó el segundo de Erling Haaland cuando mejor estaba el Real Madrid. Ceballos fue sustituido y no pudo aguantar su frustración, derrumbándose en el banquillo y tapándose con su abrigo para que nadie viera sus lágrimas. Eso sí, con el gol de Brahim, su cara cambió y fue el primero en correr para abrazar a su compañero.