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Pol salva un punto para el Oviedo

Periodista deportivo y Gestión de Redes Sociales

Chisco GarcíaIIIMuy pocos hubiesen apostado antes del encuentro de ayer a que Pol Freixanet sería tan decisivo como resultó al final. El meta catalán, que jugó lesionado todo el segundo tiempo, salvó a los suyos con tres intervenciones providenciales en el segundo tiempo y permitió al Real Oviedo mantener el pulso con el Guijuelo en el liderato, pero desperdició otra gran oportunidad de poner tierra de por medio con todos sus rivales. El cabreo final de la grada resumió la pobre actuación de los oviedistas, que sólo han ganado dos de los siete encuentros disputados en el Carlos Tartiere.

 
 

Crónica on-line
Estrada Fernández. Amarilla a Trejo, Fernando Navarro, Colunga, Escudé, Perotti, Gálvez, Bilic, Fazio, Botía. Doble amarilla a Coke, la segunda una vez acabado el partido.
Formaciones
Real Oviedo: Pol; David Alba, Javi Hernández, Pardo, Sergio Díaz; Sergio García (Iván Rubio, m. 65), Salva Rivas, Héctor Simón (Señe, m. 52), Annunziata (Eneko, m. 78); Alain y Cervero.  S. D. Compostela: Lorenzo; Jesús Varela (Borja Facal, m. 90), Santi Taboada, Jorge, Jimmy; Gonzalo, Fondevilla(Pastor, m. 69), Manu Rodríguez, Joselu, Peláez (Germán, m. 93) y Jacobo
Goles
0-1 Joselu (m. 23). 1-1 Sergio García (m. 26)
Incidencias
Carlos Tartiere. 9.285 espectadores se acercaron al estadio para ver el empate de su equipo.

La puesta en escena del Compostela no fue la que muchos esperaban. El Real Oviedo está acostumbrado a recibir rivales encerrados en su campo,entregados al repliegue intensivo y buscando la contra como único argumento. Los gallegos rompieron ese guión y se fueron a buscar a losazules a su campo. La presión era efectiva y los robos una constante; como además lo hacían en el campo local, las llegadas a la portería de Pol eran más frecuentes y más peligrosas.
Antes de cumplirse el minuto 20 de partido, el equipo de Fredy Álvarez se había asomado hasta en tres ocasiones al área oviedista. Joselu demostró por qué hay equipos de Segunda División siguiéndole y pensando en su fichaje para el mercado de invierno. El delantero protagonizó dos disparos y Manu Rodríguez le secundó con otra intentona. La tensión comenzaba a subir en la grada y alcanzó la zona roja. Manu Rodríguez dibujó un pase a la espalda de los centrales oviedistas y la invitación para el gol fue aceptada de buen grado por Joselu que batió a Pol sin aparente problema. La fiesta en el banquillo compostelano alcanzó la misma intensidad que el cabreo de una grada que veía como el resto de rivales volvían a tropezar en sus partidos y el Real Oviedo tiraba otra oportunidad de marcar diferencias.
Como el fútbol es un juego caprichoso, los de Granero acertaron en su primer acercamiento al área. Sergio García se descolgó y se aprovechó de un mal despeje de la zaga para disparar ajustado al poste, el balón golpeó la madera y entró llorando. Fue suficiente para sofocar el conato de revuelta que había prendido en las gradas. Empezaba otro partido y el Compostela se maldecía por tener el encuentro igualado después de hacer muchos más méritos. Las cosas pudieron ser incluso peores para los visitantes. En un saque de esquina, Salva Rivas peinó en el primer palo y Javi Hernández no llegó por centímetros en el segundo palo. Hubiese ya demasiado castigo para unos y excesivo premio para otros.
El partido no cambió en el segundo tiempo. Cada salida del Compostela sembraba el pánico en la grada y hacía temblar los cimientos del Real Oviedo. Jacobo, Fondevila y Joselu tuvieron tres ocasiones muy claras para poner tierra de por medio, pero en todas ellas brilló Pol para sellar su portería y sostener a un equipo que era un mar de dudas.
Los cambios, que en otras ocasiones fueron capaces de variar el rumbo de los encuentros y aportar soluciones, no aportaron todo lo que se esperaba de ellos y sólo Iván Rubio pareció aportar consistencia en un centro del campo completamente desdibujado y superado por los futbolistas gallegos a lo largo del encuentro.
La impotencia local era cada vez más acuciante y el hecho de no haber disparado a puerta en todo el segundo tiempo es la mejor explicación de lo sucedido en el encuentro. La bronca con la que fue despedido el equipo resumió el sentir de una grada que está agotando la paciencia con un equipo que parece empeñado en complicarse la vida cuando juega en su estadio, donde sólo ha conseguido dos triunfos en siete partidos.
 

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