La huella dejada en el fútbol nacional por Luis Aragonés se merecía todas las muestras de cariño que se repartieron por todos los estadios de España. En el Tartiere la cita era más lógica que en cualquier otro sitio. El 'Sabio de Hortaleza' forma parte de la historia azul por su paso como futbolista en la temporada 1960-61 y como técnico en la 1999-2000. En ambas ocasiones demostró su calidad y fueron muchos los que le quisieron honrar en la hora de su adiós.
Las imágenes que se proyectaron en el video marcador estuvieron acompañadas por los dos equipos abrazados en el centro del campo y por un respeto total en las gradas. La ovación que siguió al minuto de silencio fue de las más cariñosas y sentidas que se escucharon en el Tartiere desde su inauguración. El oviedismo nunca olvidará a un técnico que fue capaz de cambiar el fútbol nacional hasta llevar a la selección a la más altas cotas de su historia.