Otro gatillazo en casa

Chisco García IIIQuería el Oviedo zanjar de una vez por todas las dudas que le llevan rodeando durante toda la temporada y pegó otro gatillazo en el momento más inoportuno. El tropiezo del Ferrol le volvía a dar aire y las victorias del Racing y Guijuelo le metían presión, al final acabó sucumbiendo ante el Ourense, que acertó en una jugada a balón parado, mientras que los azules se vieron incapaces de batir a Pato y volvieron a pecar de poca pegada en el área contraria.

Carlos Granero volvió a realizar una apuesta continuista. El buen juego y mejor resultado de Las Gaunas tuvo continuidad y los mismos protagonistas comparecieron sobre el césped -en mejores condiciones de lo esperado- del Carlos Tartiere. El Ourense apostó por presionar la salida del balón de los azules y creó las primeras ocasiones de gol. Javi Hernández tuvo el 0-1 en sus botas pero se encontró a un inspirado Pol  

Una vez más liderados por Susaeta, los locales empezaron a acercarse a los dominio de Pato. El vasco fue el primero en probar fortuna con un disparo desde la frontal que el meta atrapó con apuros y le siguió Señé con una internada en el área que terminó en nada, pese a las reclamaciones de penalti por parte de los oviedistas. La mejor ocasión del primer tiempo llevó la firma de Erice, el navarro se encontró una pelota en la frontal y apostó por la colocación. Cuando el cuero parecía buscar la escuadra, se encontró el guante de Pato que hizo la parada del partido.
David Alba tuvo que dejar el partido, por un golpe recibido en la cabeza. Pardo entró en su lugar y David Fernández se pegó a la banda derecha. El Oviedo tuvo un arreón de casta que casi le llega para adelantarse. No fue en un remate propio, pero el cabezazo para despejar de Capi acabó en el larguero de su portería. La grada empezó a creer con más fuerza en la victoria.
Las jugadas a balón parado están siendo uno de los grandes aliados del Oviedo en la temporada, pero está vez se convirtió en su verdugo. Yebra sacó una falta lateral y la zaga cometió un error de marcaje que facilitó el remate de Capi y subió el 0-1 al marcador. Otra vez tocaba remar contra corriente.
Si hace siete días en Las Gaunas, el Oviedo encontró la salida a sus problemas con la entrada de Sergio García, en esta ocasión no fue así. El equipo empezó a pecar de precipitación y apenas conseguía llegar al área rival. Un remate flojo de Cervero fue la mejor ocasión para empatar. Los nervios se apoderaban del equipo que buscaba en la heroica un gol que minimizase los daños. Tampoco así lo encontró.
El pitido final dejó una sensación entre impotencia, rabia e indiferencia ante un equipo que ha dado demasiados disgustos a sus seguidores en los que va de Liga.