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Capelete coge el testigo de Pelayo

Chisco García

Mario Capelete se convirtió en Zamora en uno de los pocos futbolistas que han sido capaces de debutar con la camiseta del primer equipo del Oviedo en edad juvenil. El último en hacerlo fue Pelayo Novo, hoy jugando en el Córdoba cedido por el Elche, y con anterioridad a ellos lo hizo el internacional español del Swansea, Michu.

El centrocampista vasco mezclaba las sensaciones en el día después porque estaba "muy contento por el hecho de poder debutar con el primer equipo", pero al mismo tiempo "fue un poco amargo por la derrota", en cualquier el balance final sólo podía ser positivo: "Fue un día para recordar".
La historia de Capelete en el Oviedo responde a los parámetros de otros muchos jugadores, "mi representante habló con el Oviedo, vine en período de pruebas; a los dos o tres días Robert me dijo que quería que firmase, la semana siguiente se arregló todo y hasta ahora". Su estancia en el Oviedo no es la primera en un club histórico. Antes de todo esto pasó por Lezama y también trabajó en Zubieta, con los equipos inferiores del Athletic y Real Sociedad. La pasada campaña, militando en el Real Unión, "ya entrené con el primer equipo y sabía cómo eran las cosas".
Las buenas noticias siempre son bien recibidas por los futbolistas, pero Capelete no escondió que le había cogido un poco por sorpresa, "ha llegado mucho antes de lo que pensaba y ahí están los frutos del trabajo". En toda esta historia hay una persona fundamental y es Robert Robles, "me ha ayudado muchísimo desde el primer día que llegué a Oviedo, tengo mucho que agradecerle".
El hecho de haber jugado sus primeros minutos en Segunda B no le cambia en nada sus ideas que pasan por "seguir trabajando y luchando por tener más minutos con el primer equipo y a ver si podemos conseguir el objetivo que todos queremos".
Si el debut fue una sorpresa, su entrada en la convocatoria también, "no lo imaginaba, sólo pensaba en trabajar y hacer las cosas bien, pero no tenía en la cabeza ir convocado". Con la lesión de David Alba, Robles decidió darle la alternativa, "me pidió que hiciese las cosas como sabía y estar tranquilo".
El cambio entre los partidos de División de Honor juvenil y la Segunda B es algo a lo que deberá acostumbrarse, "aunque no fue un partido de mucho ritmo sí que se nota el cambio de juveniles a la Segunda B y lo físico también es diferente".
Al final, la ambición de un jugador joven como él nunca tiene límites, pero Capelete reconoció que todo le había cogido por sorpresa: "No me imaginaba esto, vienes con la idea de llegar a lo más alto pero no pensaba que fuese este año".

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