Tres puntos con sufrimiento

Chisco García 
Sufrimiento, esa es la palabra que mejor define lo que sucedido en el Carlos Tartiere. El Oviedo no fue dichoso hasta el final y además estuvo agobiado en la recta final para poder defender el gol anotado por Alain y que al final dio tres puntos vitales en la carrera por el playoff.

En su primera comparecencia en el banquillo del Tartiere, Robert Robles apostó por recuperar para el lateral derecho a David Alba, mientras que Susaeta fue el elegido para jugar en el centro del campo, con Sergio García pegado a la banda. En la punta del ataque, Alain Arroyo se mantuvo como referencia.

Lo que se anunciaba como una salida intensa del Oviedo en busca de enganchar a la grada y de demostrar quién era el que más se jugaba, se tradujo en un equipo tibio. La SD Logroñés entregaba muchos metros y también el esférico a los azules, pero éstos no terminaban de saber qué hacer con él.
Aunque no se animaban a presionar muy arriba, la salida parsimoniosa de la pelota, a través de los centrales, sí propiciaba alguna situación compleja. De hecho, la primera ocasión del encuentro fue para los riojanos, en una pérdida de Annunziata que Iñaki acabó rematando para que Pol detuviese en dos tiempos.
Mientras la grada parecía consumir la escasa paciencia que le queda a estas alturas de temporada, el Oviedo encontró el gol. Una falta sacada por Susaeta, acabó siendo centrada por David Fernández, el despeje de la zaga terminó en las botas de Sergio García que disparó desde la frontal y Alain desvió con el interior para batir a Mandaluniz.
Lo que habían sido unos minutos insulsos abrieron un tramo de encuentro en el que los azules estuvieron a punto de matar el partido. Un disparo de Susaeta fue seguido de un cabezazo de Alain y David Alba vio como su disparo se marchaba ligeramente desviado. Fueron tres minutos de asedio, pero sin puntería.
Todo parecía bajo control. El dominio del Oviedo era completo y la SD Logroñés apenas se acercaba al área azul. Hasta que en una falta lateral Candelas ganó la partida a la zaga y remató de cabeza, el balón parecía que acabaría en el fondo de la red, pero entonces Pol estiró el brazo para meter una mano salvadora que salvó la ventaja, justo antes de que se decretase el descanso del encuentro.
El arranque del segundo tiempo no deparó ningún cambio en el guión del duelo. El Oviedo seguía acumulando posesión, pero volvía a faltarle pegada en ataque. Tato Abadía entendió que debía buscar algo nuevo para que su equipo reaccionase y dio entrada en el campo a Mario León y Javi Torres. El conjunto riojano estiró sus líneas y los azules parecía que iban a encontrar los espacios que no habían existido hasta ese momento.
La respuesta del Oviedo fue dar entrada a Cervero en lugar de Sergio García y Alain pasó a la derecha. Los azules tenían así una referencia y los centrales del Logroñés vieron más fijada sus posición.
Con los minutos pasando y sin llegar el segundo gol, los nervios afloraron sobre el campo y también en la grada. La entrada de Capelete fue bien recibida por el público, que vio subir el ritmo de pulsaciones cuando Mario León recibió solo dentro del área pero fue incapaz de rematar a puerta en la ocasión más clara de los visitantes.
Hasta el final, el Oviedo se vio obligado a defender la mínima ventaja que tenía y los riojanos demostraron todas sus limitaciones, pero los azules tampoco dieron una sensación de poderío ante un rival muy inferior. Los tres puntos fueron la mejor noticia para el equipo y la grada.