La opción de contar con un técnico mejicano sigue encima de la mesa, pero la vuelta de Del Olmo a Asturias ha hecho que se reabran nuevas vías dentro del mercado nacional. El principal hándicap que se están encontrando los dirigentes azules a la hora de negociar son las elevadas pretensiones económicas de muchos entrenadores, que para acceder a entrenar en Segunda B exigen unas cantidades ilógicas para un equipo de la categoría.
Del Olmo ya dejó claro en el pasado mercado de invierno que el Grupo Carso no iba a cometer locuras. Arturo Elías Ayub ha dado el visto bueno a una inversión importante para el banquillo, sin que esto signifique que se vayan a aceptar las condiciones que quieran imponer algunos de los entrenadores contactados en las últimas fechas.
Uno de los casos más evidentes fue Juan Antonio Anquela, al que el Oviedo tanteó pero sus aspiraciones económicas le dejaron fuera de la carrera al banquillo, además de contar con la propuesta de renovación del Numancia, en el que seguirá la próxima temporada en Segunda División A.
Si el elegido llega finalmente de México será una apuesta personal de Del Olmo y Elías y en este caso parece más claro que Robert Robles se mantendría en el cuerpo técnico del primer equipo, como ayudante y como pieza clave para la adaptación del nuevo técnico al fútbol español y a la nueva categoría.
Aunque el deseo es cerrar la llegada del entrenador lo antes posible para así avanzar en la confección de la plantilla, Del Olmo también sabe que el paso de los días abarata el mercado. Los equipos españoles en la LFP ya están prácticamente ocupados y eso puede hacer reflexionar a más de un entrenador sobre una oferta del Oviedo.