El Real Oviedo regresó al Carlos Tartiere con el botín que buscaba desde hacía meses. Aunque estaba cantado, el empate del Real Murcia la pasada semana ante la Cultural Leonesa y, sobre todo, el punto logrado ante el Compostela en Santiago por los azules daba por hecho matemáticamente el campeonato del Grupo I de la Segunda División B para los carbayones.
Ante esta circunstancia, el Somozas, su rival de este domingo, se rindió ante la gran temporada del equipo de Sergio Egea haciéndole el clásico pasillo de campeón cuando los jugadores oviedistas saltaron al césped del Tartiere.
Aunque no deja de ser una anécdota, a nadie amarga un dulce y este pasillo es representativo de la admiración que ha causado el Real Oviedo después de firmar una fase regular sobresaliente.