El simple duelo entre el Real Oviedo y el Cádiz Club de Fútbol se ha convertido, desde el sorteo, en el más atractivo de toda la temporada entre dos equipos de Segunda División B.
A ello contribuyen de manera especial los jugadores de ambas plantillas, sin duda las más compensadas de la categoría. Desde la portería hasta la delantera, los dos equipos tienen a varios de los mejores jugadores de la categoría.
Aunque había muchos duelos individuales en el césped del Carlos Tartiere, el más llamativo estaba en la punta de lanza de ambos equipos. En la esquina azul el máximo goleador de la categoría, Miguel Linares. En la esquina amarilla el pichichi del Grupo IV y tercer máximo anotador de bronce, Jona Mejía.
Una vez acabado el primer partido, el duelo de goleadores de momento se ha decantado por el hispanohondureño del Cádiz. La naturaleza del partido no permitió brillar a los puntas, Linares entró más en juego pero nunca lo hizo con fortuna, mientras que la aportación de Jona fue más intermitente aunque, desde luego, mucho más determinante.
El oviedista se peleó hasta la extenuación con Servando y Josete, pero los centrales cadistas fueron capaces de mantenerle a raya y apenas gozó de ninguna ocasión clara en los 90 minutos más el descuento que disputó. De hecho, su desesperación se reflejó en la tarjeta amarilla que vio por protestar en el minuto 57 de partido.
Por su parte, el cadista estuvo menos minutos sobre el césped, pues fue cambiado por Airam Cabrera en el minuto 62 debido a unas molestias que, en principio, no revisten gravedad. A Jona apenas se le vio en cantidad en el partido disputado en Asturias, pero estuvo en el lugar adecuado en el momento justo, lo que le sirvió para adelantar a su equipo al filo del descanso. El jugador nacido en Málaga aprovechó un sensacional centro de Juan Villar para presenciar sus credenciales de punta rematador y, a la primera, batir a Esteban en un gol que puede ser clave.
En este duelo bajo el sol irrumpió con fuerza una de las grandes leyendas del oviedismo, artífice del último ascenso del club de Tercera a Segunda B. Salió en el minuto 76 y fue el gran héroe del Real Oviedo una vez más. Se trata de Diego Cervero, que apenas necesitó cinco minutos para hacer el tanto del empate y seguir agrandando su mito.
El del domingo fue el sexto gol del delantero ovetense en esta temporada. No se ha prodigado demasiado con minutos este ejercicio, pero una vez más ha sido decisivo. No en vano, fue el autor del gol que le dio el campeonato definitivamente al equipo en su visita al SD Compostela de la antepenúltima jornada de la liga regular.