Es Noticia
Cádiz CF
0-1
Real Oviedo

Doce años no son nada

ElDesmarque Asturias

Han pasado doce años, pero desde que Alberola Rojas pitó el final en el Ramón de Carranza, el oviedismo se ha olvidado de su travesía por el desierto de la Segunda División B. Ahora, regresa a la LFP y las expectativas del club no tienen techo.

El Real Oviedo se ha impuesto al Cádiz Club de Fútbol por la mínima en el Ramón de Carranza. Un gol de David Fernández al poco de comenzar la segunda parte le ha servido para alzarse con el ansiadísimo ascenso.
El equipo de Egea fue mejor durante todo el encuentro. Tuvo más ocasiones, manejó más el balón y, sobre todo, marcó un gol más que el rival, un Cádiz al que le pudo la presión en un Carranza a reventar y que mostró una cara totalmente diferente a la que presentó en el Tartiere.
Los dos equipos saltaron al campo dentro de un ambiente que nada tiene que ver con la categoría en la que se medían. Carranza estaba lleno hasta la bandera, tanto que incluso 150 aficionados oviedistas con entradas tuvieron que quedarse fuera por falta de aforo. Una vergüenza que sirvió, si cabe, para espolear más al equipo y a los soldados del oviedismo presentes en Cádiz en un número aproximado de 3.000 unidades.
Egea alineó a Generelo en vez de a Omgba y Claudio optó por jugar con dos puntas –Airam y Jona- en vez de con Fran Machado. Esos cambios de planes con respecto al choque de ida hicieron dudar a ambos equipos. El Cádiz jugaba más pensando en guardar la ropa, aunque sus mejores ocasiones llegaron antes del descanso. Especialmente una falta cerrada que sacó Kike Márquez y que se estrelló en el larguero ante la confianza de Esteban. Antes, el meta avilesino había desbaratado una ocasión de Jona. La peor noticia para Egea fue que Nacho López tuvo que marcharse lesionado, para lo que dio entrada a Redondo.
Al poco de comenzar el segundo acto llegó el Gol de David Fernández. El central se impuso a Tomás para cabecear el gol que, a la postre, sería el del ascenso. El Oviedo golpeaba a la línea más débil del Cádiz, la que se quedó sin su hombre titular apenas días antes del partido de ida.
Entonces el Oviedo tiró de oficio e, incluso, se permitió el lujo de malograr ocasiones clarísimas. Hasta Dani Bautista chutó con el exterior un remate de calidad que se estrelló en el palo izquierdo de la meta de Aulestia. El partido se enrareció, circunstancia que beneficiaba al equipo azul.
En el arreón final el Cádiz intentó el gol que hubiera mandado la eliminatoria a la prórroga, pero Esteban salvó y, poco después, Aulestia mandó fuera una chilena que, de entrar, habría dado la vuelta al mundo. Pero no fue así, el Real Oviedo manda a la lona a un Cádiz que buscará la segunda oportunidad. La primera ya está teñida de azul y la están celebrando a 900 kilómetros de distancia de donde se fraguó todo. Carranza ya es historia para el Oviedo.

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