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Real Oviedo
2-0
Nástic de Tarragona

El Real Oviedo da un paso atrás para coger impulso y vence

María Suárez

El Real Oviedo se reencuentra con el gol y avanza en la consolidación de su juego frente a un Nástic que, pese a tener una idea clara de juego, no la pudo poner en práctica debido a la presión en la salida de balón de los hombres de Sergio Egea, que recuperan su pegada con las aportaciones de Borja Valle y Kone y refuerza su carácter defensivo en todas las líneas.

El Nástic salió desde un principio dominando el centro del campo, lo que le hizo llegar al área rival en mas ocasiones que los locales, que esperaron su oportunidad ordenados atrás. Emaná, que la tuvo en el área pequeña pero su disparo por atrapado por Esteban, y De la Espada fueron de lo más desequilibrante del conjunto catalán arriba, pero nada en comparación con el peligro que acabó creando el Oviedo en área contraria con las acciones de Kone y Borja Valle. Precisamente un balón centrado por Susaeta, que engancha Kone en el área pequeña le sirvió al marfileño para marcar su primer gol en Liga, poniendo el uno a cero en el marcador a favor del Real Oviedo.
El Nástic tuvo sus oportunidades, pero todas ellas fueron fuera o las evitó una defensa carbayona mucho más ordenada en el repliegue que en partidos anteriores. La jugada le salió bien al Real Oviedo, cuyas contras, verticales y rápidas, continuaron poniendo en serios problemas a los centrales rivales. En una de ellas el colegiado señaló falta sobre Kone, el jugador más desequilibrante de los azules en el inicio de partido. La falta la ejecutó magistralmente Susaeta, especialista en la material, y su disparo se fue al palo largo del portero, en el que pegó antes de cruzar la portería y colarse al fondo de las mallas sin que Reina pudiera hacer nada. El imparable tio del vasco suponía el cero a dos pasada la media hora de juego.
Los robos de balón en la frontal de su área fueron el mejor aliado de un Oviedo que achicó los intentos de Emaná por colarse entre los centrales, con una defensa y un centro del campo muy solidarios en las ayudas que evitaron que las paredes de los tarraconenses acabaran con alguna acción de peligro.
Con este sistema de juego, un partido que empezó dominado por los centrocampistas visitantes, llegó al descanso con la línea defensiva del Real Oviedo adelantada, robando balones casi en campo contrario y anulando la salid de balón de los hombres de Victor Moreno. Un centro de Diegui Johannesson desde la derecha pudo suponer un nuevo gol para el conjunto carbayón, que se retiró al vestuario entre aplausos, pero el remate de Kone acabó en manos de Reina y el colegiado pitó el final de la primera parte.
 
La segunda parte confirmó lo que se había visto en el último tramo de la primera, con un Oviedo lanzado al ataque, rápido y vertical, pero que no le perdió la cara al partido en defensa, trabajando en esa labor hasta un Linares que siempre era el primero en cortar la salida del balón de la primera línea de juego visitante. Un gol del Nástic podía meter a los de Moreno en el partido, pero el Real Oviedo siguió siendo más desequilibrante en sus acciones, y buscó el tercero en las subidas de los laterles. Diegui Johannesson por banda derecha, trianguló con Susaeta y pudo centrar desde el área en más de una ocasión, obligando a la defensa rojilla a repeler centros y contras del conjunto carbayón y a atar en corto a Kone antes de que el marfileño se metiera en el área.
Borja Valle hizo lo propio, y se mostró como el nexo que le hacía falta a los de Sergio Egea para ensamblar centro del campo y ataque, llegando con gente al área pero sin perder ni uno de los rechaces que se generaban en la frontal del área rival, evitando así salidas a la contra del Nástic.
El Real Oviedo se encontró cómodo y ganó el centro del campo definitivamente a los catalanes, que tuvieron que aumentar su cuota de faltas, y con ella la de tarjetas, para frenar el control y giro de los azules en el mediocampo y evitar que se plantaran en pocos toques en su área. Las llegadas se contaban casi por ocasiones, siendo la más claras un par de centros de Erice. El primero uno por la derecha que Valle no alcanza a rematar de cabeza en el centro del área pequeña al entrar algo forzado a por el balón, y el segundo un pase en profundidad a Linares, a quien se le escapa el control cuando ya se encontraba frente a Reina.
Los de Moreno lo intentaron a quince minutos del final, con una internada de Ferrán por la izquierda que acabó en saque de esquina, pero el ataque tarraconense se diluía en cuanto el Real Oviedo se reordenaba en el campo y el centro de Xisco Hernández fue repelido por la defensa azul sin mayores problemas.
De nuevo la tuvo Borja Valle, a pase de Kone en velocidad, pero su control orientado acabó por despejarlo un defensa rival. El berciano fue cambiado tras esa jugada para dar entrada a Héctor Font y el Carlos Tartiere se levantó para despedir el joven atacante que fue fundamental en el juego carbayón tras semanas lesionado. Koné continuó llevando el peligro y haciendo trabajar a la defensa rival, hasta que dejó su sitio en el campo a Toché y de nuevo el estadio volvió a deshacerse en aplausos con uno de los jugadores revelación de la categoría en su debut como goleador.
Los de Sergio Egea terminaron el partido en campo contrario, deleitando al público con su juego y recibiendo aplausos por parte de unos aficionados que volvieron a disfrutar con su equipo frente a un rival que no lo iba a poner nada fácil y que llegaba en una racha mucho mejor que la de los locales. Tres puntos que se quedan en Oviedo y, sobre todo, gran juego de los carbayones que los vuelve a situar en el mapa y demuestra el potencial de una plantilla que continúa trabajando su identidad pero avanza con la puesta a punto de Borja Valle y Kone.
  

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