Era un 19 de agosto cuando el Real Oviedo hacía oficial lo que cada vez más era un secreto a voces: Michu regresaba a su casa. Tras su paso por el fútbol inglés y el italiano, y tras una lesión que había lastrado su carrera, el delantero ovetense se convertía en uno de los refuerzos de lujo para el equipo dirigido por Fernando Hierro.
Y su debut no pudo ser más prometedor. Lo hizo en Copa del Rey, en la vieja Condomina, en un duelo donde anotó un doblete a pesar de la derrota del conjunto carbayón ante el UCAM. Apenas tres días después, se llevó una atronadora ovación en el Carlos Tartiere cuando entró en el partido frente al Mirandés.
Pero lo cierto es que las expectativas, de momento, no han respondido a la realidad. Los datos señalan a un jugador cuya calidad es incuestionable, pero cuyos números son demasiado pobres para un delantero: sólo ha marcado un gol en los 25 partidos que ha disputado de Liga, 12 de ellos como titular.
Eso sí, aquel tanto fue nada menos que frente al líder, el Levante, en una gran tarde en el Tartiere donde los pupilos de Hierro vencieron a un equipo que a estas alturas ya es de Primera División. Era noviembre de 2016 y Michu marcaba su primer gol en Liga de la temporada... y el último, hasta el momento.
Su lesión ante el Zaragoza a principios de diciembre le dejó en el dique seco durante dos meses, y de momento no parece haber encontrado su mejor versión. Lleva nada menos que 14 partidos consecutivos sin ver portería, lo que se traduce en un período de casi seis meses negado de cara al gol. Eso sí, desde que se recuperó de su lesión a principios de febrero apenas ha sido titular en una ocasión.
Michu necesitaba al Oviedo para encontrarse consigo mismo y ahora es el Real Oviedo el que necesita que el propio Michu vuelve a ver portería en un momento clave de la temporada.