El Real Oviedo ha sufrido muchos contratiempos en este arranque de temporada. Anquela ha ido sobrellevando las malas noticias y poniendo parches en cada bache que se encontraba. La última solución que ha encontrado el técnico carbayón ha sido volver a retocar el sistema, jugando con tres centrales y dos laterales largos, algo que beneficia a ciertos jugadores y que le da presencia ofensiva a los azules, aunque pudiera parecer lo contrario.
Anquela quiso dejar claro tras el partido ante el Nástic los entresijos de este nuevo dibujo táctico y recalcaba la importancia de la proyección atacante de los laterales: "Defensa de cinco no; de tres. Si me pones cinco, me estás quitando delanteros. A Mossa y Cotugno los mandamos arriba".
Y no hay mejor manera de corroborar esa explicación que atendiendo al partido y rememorando también el encuentro del Lugo. Las ocasiones más claras vinieron casi en su totalidad en ambos choques de las botas de Mossa por el costado zurdo o de Johannesson y Cotugno por el diestro.
Mismamente este domingo fue Mossa el que en el minuto 92 asomó por el área rival provocando el penalti de la victoria. Contra el Lugo dio la asistencia del 3-2 y Johannesson tuvo también el cuarto en los minutos finales.
El conjunto azul está encontrando una nueva vía para crear ocasiones, algo que le estaba costando en los últimos partidos y eso viene por la aportación de los carrilleros, que ahora mismo son, aunque parezca paradójico, dos delanteros más.