El Real Oviedo ha cumplido con cierta solvencia el exigente arranque que proponía el 2018 y que tenía como etapa cumbre el Ramón de Carranza. En el calendario aparecen ahora equipos de mitad de tabla hacia abajo, lo que no quiere decir ni mucho menos que sean partidos fáciles, pero no son contra rivales actualmente directos, como fueron casi en su totalidad en enero y esta parte de febrero.
El año comenzó de la manera más exigente posible, con la visita al campo del líder, Huesca, en la que se consiguió un punto que supo incluso a más. Posteriormente visita también a Vallecas con el mismo análisis y victoria local ante Almería para seguir fiables en el Tartiere.
En Reus, otro campo complicado se sumó un punto y se venció en el derbi ante el Sporting, cerrando este arranque con la ya sabida derrota en Cádiz.
El Oviedo se ha enfrentado en este arranque de 2018 a los tres primeros y al Sporting, equipo candidato a estar arriba y el saldo ha sido positivo, manteniéndose en los puestos de play off de ascenso. Los azules han superado el primer puerto que les exigía este nuevo año a la espera de poder seguir sumando.