Nada como volver al calor del Carlos Tartiere para resurgir de las cenizas como si de un ave fénix se tratase. El Real Oviedo ha logrado este domingo, cinco partidos después, una victoria de mucho mérito frente al Granada (2-1), uno de los rivales directos en la lucha por los puestos que permiten jugar el play off de ascenso a Primera división.
Desde que venciera el derbi ante el Sporting de Gijón, el equipo carbayón no había sido capaz de conseguir los tres puntos. Perdió contra el Cádiz (2-1), el Zaragoza (2-1) y el Tenerife (3-1); y empató contra el Albacete (0-0) y el Barcelona B (0-0).
Cinco duelos que había sumergido a los de Juan Antonio Anquela en una mala racha que, por fin, este domingo han logrado dejado atrás.
Lo han hecho gracias a su trabajo incansable, al apoyo constante de una afición que nunca falla a su cita en el Tartiere y, como no, a los goles de Forlín y del joven Steven, que ha sido salir y besar el santo. El Real Oviedo y el oviedismo vuelve a sonreír.