Uno de los jugadores más importantes de la plantilla del Real Oviedo y que es fijo para Juan Antonio Anquela es Aarón Ñíguez. El ilicitano no pudo jugar contra el Córdoba en El Arcángel debido a unas molestias de última hora, pero desde entonces se machaca para volver a estar disponible de cara al encuentro contra el Alcorcón de este sábado.
Además de macharse sobre el césped y en el gimnasio, Aarón ha apostado por la crioterapia. Esta es, según Jordi Riba, fisioterapeuta experto en crioterapia de CryoSalud, "la aplicación de frío con fines terapéuticos". Un frío que llega a través de vapor de nitrógeno para no perjudicar al organismo.
Esta es una técnica que ha ido adquiriendo cada vez más adeptos en los últimos años y que ayuda a tratar las lesiones, mejorar la recuperación tras una dura sesión de ejercicio o adecuar mejor el cuerpo para aprovechar mejor el esfuerzo.
Durante el tiempo que dura la sesión, el paciente es sometido a chorros de vapor de nitrógeno que puede llegar a 200 grados bajo cero. En el caso de Aarón, ha llegado hasta los 196 bajo cero. El vapor es aplicado desde los pies en forma ascendente, aunque la cabeza siempre permanece fuera de la máquina para que no se resequen las vías respiratorias, mientras el paciente se mueve de forma circular.