Error tras error

Anquela lo vio venir desde el primer minuto, como reconoció en sala de prensa y eso que se había trabajado por semana. El juego aéreo del Numancia no lo pudo frenar el Real Oviedo, que encajó tres tantos en tres jugadas desafortunadas con fallos defensivos.

En el primero, con un simple cambio de orientación tras un desajuste defensivo, Valcarce se quedó libre de marca en el segundo palo. Christian hizo el balance a la espalda de Verdés, pero la espalda del cántabro quedó descubierta, hasta que llegó Aarón, que no pudo despejar el balón que acabó rematando Guillermo.
El segundo gol es de los que más suelen doler a los entrenadores. Un simple córner botado al corazón del área que remate Valcarce libre de marca, un jugador que no destaca por su juego aéreo.
En el tercero, la mala fortuna unida a la falta de contundencia propiciaron el tanto. Otro balón parado, lejano, en una falta botada por Íñigo Pérez no pudo ser despejado por los defensas azules, que vieron como nuevamente Valcarce enviaba el balón al fondo de las mallas.