El Real Oviedo tiene un problema en los mercados de fichajes. A la dirección deportiva siempre se le exige que fiche bueno y, sobre todo, barato. Pero eso no es fácil cuando tienes detrás a un grupo inversor como Carso en el caso del club ovetense y así lo han ratificado tanto Joaquín del Olmo como Juan Antonio Anquela.
Este jueves, durante la rueda de prensa del técnico previa al último partido de la competición liguera ante el Huesca este sábado, donde el Oviedo se juega tener una plaza en los play off de ascenso a Primera división -aunque para ello también depende de los resultados del resto de rivales directos-, el tema más recurrente ha sido el acuerdo que previsiblemente el club carbayón tiene ya firmado con Richard Boateng.
El principal problema para el jiennense es la dificultad a la que se enfrenta la dirección deportiva en cada mercado de fichajes. El elevado precio que piden los representantes por sus futbolistas, al pensar que el Oviedo puede disponer de cantidades ilimitadas de dinero al contar con el respaldo del grupo Carso y de su dirigente, Carlos Slim. "Todo el mundo piensa que el Oviedo tiene que dar cuatro veces más que otros. El Oviedo ha firmado lo que ha podido", resaltó Anquela en sala de prensa.
Estas palabras recuerdan a las pronunciadas hace unos meses por Del Olmo, responsable del área deportiva del Oviedo, cuando respondió a la parroquia carbayona sobre los fichajes fallidos el pasado verano y la falta de delanteros en la plantilla azul. "Saben que está Carso detrás y piden una fortuna", explicó.
"Cualquier jugador que quiere venir al Oviedo pide una fortuna, pero nadie me garantiza que si gasto va a marcar 20 goles. En España me resulta complicado porque todos los jugadores quieren contratos de dos o tres años y si no funciona el primero, lo tenemos que aguantar los siguientes", resaltó el mexicano.
Esto complica las acciones de compra de jugadores que garanticen un gran rendimiento a un buen precio.