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La pólvora se vuelve a complicar

Mario Barco y Rodri Ríos.
Manuel Monge

No cabe duda de que el Real Oviedo tiene una gran necesidad por encima del resto en el mercado de fichajes de este verano. Un quebradero de cabeza que persigue a la dirección deportiva oviedista desde el pasado verano y que parece que no va a poder subsanar, al menos de momento. Un delantero goleador siempre es una pieza muy codiciada en Segunda división y el club carbayón ya ha empezado a navegar a contracorriente.

El oviedismo se quedó a las puertas del play off por tercera temporada consecutiva. Y una gran parte de la afición achacó la decepción a la falta de claridad del equipo ante la portería contraria. Toché y Linares se convirtieron en las únicas alternativas y el parche del mercado invernal, Olmes García, fue una solución desastrosa al mal del equipo dirigido por Juan Antonio Anquela.

Ahora, la necesidad de reforzar la delantera se ha multiplicado con la marcha de Linares al Reus, quedándose Toché como el único ariete de la primera plantilla azul. Pero el comienzo del mercado ya ha dejado claro que la búsqueda no va a ser nada fácil.

De hecho, la secretaría técnica del Real Oviedo ha visto como se le han escapado dos de sus primeras opciones. Mario Barco ha recalado en el Cádiz procedente del Lugo, mientras que la operación por Rodri Ríos ha dado un vuelco y todo apunta a que el delantero soriano no acabará defendiendo la elástica carbayona. El Granada parece el mejor colocado para hacerse con sus servicios.

Dos traspiés que obligan a la dirección deportiva a seguir indagando en busca de una opción de garantías en el mercado para no tropezar en la misma piedra del pasado verano.

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