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Falto de chispa, pero rocoso

Folch, en el choque ante la Ponferradina (Foto: RealOviedo).
Borja García

El Real Oviedo disputó este miércoles la tercera prueba de pretemporada y lo hizo ante la Ponferradina en El Toralín, en un encuentro enmarcado en la tercera semana de pretemporada y habiendo entrenado en sesión matinal el mismo miércoles. Eso hizo que las piernas de los jugadores azules no estuvieran todo lo frescas que podían estar para generar juego ofensivo, pero lo que no se perdió fue la sensación de solidez defensiva, tan buscada por Anquela durante la pasada temporada.

De hecho, el equipo ha vuelto al trabajo este mismo jueves en sesión matinal, una sesión suave en el gimnasio, pero que no estaba prevista. La carga de trabajo está siendo notable y eso hace que los amistosos valgan para tema más buen táctico, como puede ser continuar comprobando que el 4-3-3 sigue siendo la idea principal.

Apenas se generaron ocasiones en el partido ante la Ponferradina, y gran parte del peligro fue aportado en la segunda mitad por Yoel Bárcenas. El panameño tiene las piernas más frescas que sus compañeros ya que se incorporó al trabajo posteriormente. En el trabajo defensivo, el conjunto azul tampoco pasó apuros, mostrándose sólido como en los otros dos partidos, excepto en la recta final, cuando Champagne tuvo que aparecer en un par de ocasiones. Lo que sí se vio fue algo de fragilidad en el balón parado en contra, algo que seguro se trabajará en esta pretemporada.

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