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Cara y cruz para los nuevos

Ibra, una de las nuevas caras, durante un partido esta temporada (Foto: Luis Manso).
Pablo Sánchez

Tras once jornadas, la afición del Real Oviedo y el cuerpo técnico ya han tenido tiempo para comprobar lo que puede dar de si este equipo. En el vestuario azul hay material para soñar y buena culpa de ello lo tienen las nuevas caras del equipo, que llegaron el pasado verano. A continuación analizaremos el rendimiento de los fichajes de esta temporada, unos con más y otros con menos suerte.

Para la portería llegó Nereo Champagne procedente del Leganés, pero no ha tenido demasiadas oportunidades para demostrar cosas. Concretamente, sólo una, en el encuentro copero ante el Mallorca, que concluyó con derrota carbayona por 1-0.

En defensa aterrizó Carlos Martínez para el lateral diestro. Un jugador experimentado y veterano que llegaba para aportar sus buenos momentos en Primera división con la Real Sociedad. Una lesión antes del estreno liguero lo mantiene aún fuera de juego y recibiendo cuidados para recuperarse lo antes posible. El mexicano Alanís fue el último en llegar, procedente del Getafe. Apenas ha jugado unos minutos, pero su intermitente presencia con la selección hacen pensar que en el banquillo hay material de calidad.

El centro del campo es la zona que más modificaciones ha sufrido. Se produjeron tres llegadas y todas están cumpliendo. Sergio Tejera aporta magia y equilibrio a la sala de máquinas. Boateng, pese a que actualmente ha perdido protagonismo, ya ha demostrado que hay jugador de futuro, sobre todo por su entrega y lucha. Javi Muñoz también ha caído en gracia en el Oviedo y entre los tres han demostrado que esa zona del campo está bien salvaguardada.

En la zona de ataque se produjo la llegada de otro internacional, Yoel Bárcenas. La afición no confiaba demasiado en el panameño, pero sobre el verde ha demostrado muchas de sus virtudes, entre las que destacan su verticalidad y velocidad. Además, también está aportando goles. Arriba, para el gol, aterrizó Joselu, que tardó en coger el tono pero que cada vez tiene mayor protagonismo, además de haber aportado ya dos dianas. Ibrahima Baldé también llegó este verano, pero no está disfrutando de demasiados minutos hasta el momento.

Todas estas piezas, junto a los ingredientes con los que ya contaba Anquela, continúan cargados de ilusión para brindar las máximas alegrías posibles a la afición del Real Oviedo. Queda un mundo por delante.

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