Salvador en el 90

El Real Oviedo empató ante el Mallorca en un partido en el que mereció ganar y pudo perder. Los azules no fueron capaces de anotar el segundo tanto en alguna de las múltiples ocasiones que tuvieron, y los bermellones casi amplían su botín en el último minuto del descuento. Aridai se recorrió el campo entero, tras una jugada sin finalización por parte de los azules en un rechace y encaró a Champagne. Pero el guardameta, debutante en Liga, se lanzó felino y salió vencedor.

Fue una de las sorpresas en la alineación. Durante la semana se barruntaban cambios en el once, pero pocos pensaban en la portería. Anquela decidió mover ficha en esa posición y Alfonso pasó al banquillo, dando lugar a Champagne, por primera vez en Liga, segunda en la temporada, ya que en Copa había sido así. El técnico no dio explicaciones en la rueda de prensa, buscando con ello quitar hierro al asunto, pero para todo cambio hay motivo, incluyendo la portería.

Quizá buscar mayor solvencia en el balón aéreo, algo que en parte puede depender del portero, pero aspecto en el que este domingo los azules tampoco fueron excesivamente contundentes, ya que el Mallorca a punto estuvo de anotar así en dos ocasiones en la segunda mitad.

Champagne estaba realizando un partido correcto, sin fallos ni grandes acciones hasta el último minuto, cuando salió vencedor del duelo con Aridai. Pese a que posteriormente en el último golpeo no fue preciso, el argentino, con esta acción podría afianzarse en el once. Al término del encuentro quitaba hierro a esa última intervención: "Es mi tarea. Aportar mi granito de arena. Unos hacen goles, otros dan pases y lo mío es parar. Por suerte pude responder al equipo. Contento y tranquilo con lo que hice, pero cabreado por no ganar en casa".