El Real Oviedo visita este sábado, a partir de las 20.30 horas, en Riazor al Deportivo de La Coruña, un rival de entidad, que no conoce la derrota en casa. Los carbayones no lograron la victoria en el Tartiere ante el Mallorca y ahora afrontan sin amplio colchón una fase de campeonato con un calendario exigente.
Calendario exigente que empieza en A Coruña y que continúa en el Tartiere ante el Sporting, partido en el que nadie quiere detenerse todavía. Un resultado positivo en Riazor cargaría de moral a los carbayones. Un resultado negativo haría crecer la presión.
Anquela tiene una baja capital. Saúl Berjón no estará para medirse al equipo gallego, después de haberse retirado en el último encuentro. Su sustituto apuntaba a que podría ser Aarón Ñíguez, pero el miércoles el ilicitano se retiraba lesionado del entrenamiento. A Anquela no le queda más opción, sin modificar el sistema ni poner a jugadores fuera de sitio, que colocar en esa zona a Yoel Bárcenas, lo que daría a Diegui el carril derecho.
En defensa, Alanís podría entrar al central izquierdo una vez recuperado y eso haría que Javi Hernández fuera al banquillo. O al carril izquierdo, siendo entonces Mossa el damnificado en el once. Anquela no probó esta semana con un cambio de sistema, fortaleciendo el centro del campo con un hombre más y situando dos delanteros, aunque no por ello esta opción esta del todo descartada.
El Deportivo ha comenzado la liga con fuerza y está en los puestos de arriba sin conocer todavía la derrota en Riazor. Los gallegos han ganado por la mínima a Sporting y Granada, han empatado contra el Málaga y han vencido ya más holgados a Elche y Reus.
Será sin duda un partido con cartel de Primera, en el que más de 2.000 aficionados oviedistas viajarán a dar apoyo a los suyos. El Oviedo, con menos puntos de los que posiblemente debería, afronta la primera curva importante del campeonato.