De la victoria de este domingo en Almendralejo, el Real Oviedo saca múltiples lecturas positivas. En el apartado colectivo, y también en diferentes aspectos individuales. Uno de ellos, en el nombre propio de Joselu. El delantero, después de estar apartado durante todo el mes de diciembre por lesión, volvió a marcar, y anotó su cuarto gol de la campaña.
Fue un gol de cazagoles. De delantero puro. Apareció, libre de marca, tras una jugada de varios rechaces en boca de gol para remachar el balón tocado con inteligencia por Carlos Hernández, después del centro de Bárcenas. La celebración demostró la rabia del delantero que necesita el tanto, porque vive de él. En Lugo lo había explicado a la perfección, cuando anotó su primer gol con la camiseta carbayona y ayer volvió a mandar un mensaje en la misma línea: "Muy feliz por la victoria muy trabajada y también por el gol. Llevaba mucho tiempo sin ver portería y a ver si me da un poco más de confianza y puedo ver puerta más a menudo".
Joselu no marcaba desde el 25 de noviembre, en la victoria ante el Reus en el Carlos Tartiere. En aquel partido lanzó un penalti, metió el rechace y tuvo un disparo brutal al poste. Fruto de ese disparo llegó la lesión que le hizo perderse todo el mes de diciembre. Reapareció en la segunda parte de Soria, contra el Numancia y recuperó la titularidad en el partido ante el Tenerife. Desde que volvió el equipo suma tres victorias y el andaluz recuperó además el sitio predilecto. Alejado de la banda derecha, donde se asentó durante una fase de la campaña, la apuesta de Anquela en estos tres partidos de 2019 viene en el centro del ataque, posición donde Joselu se siente más cómodo.
El de este domingo fue un gol vital para coger confianza, y seguir su proyección personal de la mano de la proyección colectiva del equipo; que sin duda está siendo positiva en este 2019.