El Real Oviedo afronta un nuevo partido, al que llega con la inercia positiva de las tres últimas victorias. Un nuevo encuentro a domicilio, una semana con sobresaltos y una enfermería que todavía no refuerza las convocatorias son los condicionantes que aparecen a priori. Pero no se quiere amparar en ese Juan Antonio Anquela, que valora la reacción del equipo después del mal final de año en 2018.
Sobre esa reacción, hablaba el técnico de lo que más destacaba en el grupo en los malos momentos: “Lo que más valoro es que nunca dejaron de creer en lo que estaban haciendo. No dejamos de creer y somos los mismos. En las duras y en las maduras. No hemos cambiado en el discurso ni en nuestra manera de entender esto".
Anquela reconocía que veía al equipo algo más metido en defensa que en otras partes de la temporada: “El fútbol es muy fácil. Si te arropas desde donde hay que arroparse... Desde arriba hay que estar juntos. Hay que estar arropados desde donde esté el balón. Estamos un pelín más centrados. Ojalá que dura porque es nuestra única solución. Que defensivamente estemos fuertes y que dure mucho tiempo”.
La semana ha acabado en las Instalaciones Tensi, debido a las inundaciones de El Requexón, algo que no ha alterado los planes en exceso, como reconocía Juan Antonio Anquela: “Las condiciones son fenomenales. Hemos ido a un campo que estaba bien y se podía trabajar perfectamente. El tema es los pocos días para preparar un partido tan importante. Supongo que a ellos les pasará lo mismo que a nosotros”.
Una semana corta, en la que los entrenamientos han tenido que adaptarse casi individualmente: “Hemos ido haciendo un poco de trabajo a la carta. A cada uno lo que pensábamos que necesitaba” En cuanto a Ibra Baldé, el técnico ponía pausa en su recuperación: “Vamos a esperar. Esperaremos una semana más”.
En la convocatoria únicamente destaca como novedad la vuelta de Christian, a expensas del once, donde habrá también pocas variaciones: “Hay poco que cambiar. Lo estamos haciendo relativamente bien y a ver si somos capaces de seguir compitiendo y siendo un equipo sólido y consistente en todo”.
Cuatro victorias consecutivas, teniendo en cuenta que tres de ellas son a domicilio sería un gran logro, que es no obstante, difícil de conseguir: “Cada día es más difícil. A lo que me agarro es a lo que hay que agarrarse. La imagen del equipo. Ganamos bien y por momentos tuvimos el balón con criterio y jugamos con mucha personalidad. Todos pedimos más y quiero más, pero me puedo quejar bien poco”.
Durante toda la temporada las bajas están condicionando, algo que ha hecho que el equipo se vaya adaptando en función de cada partido: "Nos estamos adaptando a lo que tenemos y si va bien, seguiremos por ese camino. Lo que me satisface es que estamos entendiendo que somos 18. Los que se quedan, no pueden aportar más. En Zaragoza somos 18 y si toca jugar un minuto hay que estar preparados para jugar un minuto. Es lo que pido y creo que en algunos momentos lo estamos consiguiendo”.