Intenciones sin resultado

No se esperaban excesivas novedades en los planes del Real Oviedo en Mallorca. Las sensaciones en los últimos partidos no estaban siendo malas pese al patinazo contra el Lugo en los minutos finales. El esquema parecía asentado, y los azules llegaban sin bajas (excepto Carlos Martínez) a Mallorca. Pese a eso, Anquela planteó una pequeña revolución, pero no tuvo el resultado esperado. Volvió el 4-3-3 y con novedades también en cuanto a nombres y posiciones concretas, con tres caras nuevas en el once.

Anquela buscaba tener el balón ante el Mallorca, y por ello apostó por ese dibujo que se había usado en la parte inicial de la temporada. Con la defensa asentada y concediendo poco en los últimos partidos, el técnico se atrevió a salir del confort de la línea de tres centrales con dos carrileros. Apostó por la línea de cuatro y tres centrocampistas por delante, en una teórica apuesta por mandar en el partido desde la posesión. Algo que el Real Oviedo no consiguió. Los azules apenas pudieron tejer posesiones largas, sin aparecer además por posiciones ofensivas.

Esa era la intención de Anquela a priori, que el equipo fuera el dueño del balón, pero el Mallorca lo impidió, como reconocía el técnico al término del partido: "El rival minimiza a cualquiera. Lo hace muy bien. Pensaba que íbamos a tener más el balón y que íbamos a tener más criterio". Anquela siempre dejó entrever durante la temporada que en cualquier momento podrían verse otros dibujos y este fin de semana así fue, en una propuesta atractiva a priori. Propuesta que es difícil que se repita, al menos en el futuro más próximo, ya que Tejera será baja ante el Nástic y Anquela tendrá un mediocentro menos. Eso podría impulsar una vuelta a los tres centrales y dos carrileros, con Folch y Javi Muñoz en el doble pivote.