La semana de trabajo del Real Oviedo tras la última derrota en el derbi frente al Sporting está transcurriendo envuelta en polémica, por el trato recibido por los aficionados azules en El Molinón. Las quejas son continuas por todos los estamentos del club, desde el palco hasta la grada. Muchas veces, un suceso negativo o alguna controversia suelen ser el mejor antídoto para unir aún más si cabe dos partes, en este caso equipo y afición.
Por este motivo, el partido ante el Deportivo de la próxima jornada será una cita a la que todos llegaran enchufados, tanto jugadores como aficionados. Se trata de una cita importantísima que nadie se quiere perder y en la que hay mucho en juego de cara al sueño del play off. La distancia entre el Real Oviedo y el Deportivo en la tabla de LaLiga 1|2|3 es de seis puntos, pero puede verse reducida a tres y eso es lo que busca el cuadro de Anquela.
Todos los ingredientes para que esto suceda están sobre la mesa. Tan sólo falta que las cosas salgan como se espera y que la suerte también acompañe. Toda la polémica que está girando entorno a lo sucedido durante el derbi sirve para levantar aún más el ánimo de la hinchada, para sacar a relucir el coraje de los jugadores y para demostrar que si ambas partes están unidas, es muy difícil vencer en el Carlos Tartiere.
Lo ocurrido durante el entrenamiento matinal de este miércoles en El Requexón es buena prueba de ello. Hasta allí se desplazó un buen número de aficionados y colgaron una pancarta de apoyo a los jugadores. De motivación de cara a lo que se avecina.
Cabe destacar que desde el club se promueve, en señal de protesta, entrar al partido en el minuto 12, algo que está siendo secundado por varias partes de la hinchada. Será extraño desde el pitido inicial, pero una vez avance el partido, el Tartiere irá adoptando forma de caldera. Quedan 11 finales y la primera se juega en casa.