El Real Oviedo consiguió una importante victoria en Almería, que ayuda a alimentar las esperanzas de play off, después del ambicioso mensaje lanzado en los primeros días de Sergio Egea. El partido en tierras andaluzas dejó numerosas conclusiones y lecturas, comenzando por el cambio en el esquema y en el planteamiento. El 4-4-2 fue claro, con nombres incluso que sorprendieron, pero que mostraron un notable rendimiento. La cosa iba de parejas, como las que se formaron en el centro de la zaga, en el doble pivote y en la delantera.
Javi Hernández fue finalmente el elegido para acompañar a Carlos Hernández, que ganó protagonismo tras las molestias de Juan Forlín. Los focos apuntaban hacia Alanís, pero finalmente los dos andaluces compartieron eje en la zaga y cuajaron un buen partido. Rechazaron los centros laterales del Almería y no sufrieron en exceso, consiguiendo sostener al equipo, que apenas recibió envites del contrario.
Algo a lo que también ayudó un gran Jimmy desde el centro del campo. El canterano repitió en el once, por cuarto partido consecutivo, y volvió a demostrar la gran capacidad de trabajo que tiene en el aspecto defensivo, y también el buen criterio con el balón. Formó pareja en el doble pivote con Sergio Tejera. El catalán volvió al equipo después de la lesión y continuó con la buena línea que venía mostrando, en un centro del campo que era inédito hasta este último partido.
La pareja atacante, formada por Joselu e Ibra, venía pidiendo paso en los últimos meses y con la llegada de Sergio Egea se materializó esa dupla. Son dos jugadores que se complementan, y mientras el senegalés plantea batalla en los balones aéreos, el andaluz intenta aprovecharse de cualquier balón que quede suelto por la zona.
Son tres parejas estratégicas a la hora de dibujar y definir el once del Real Oviedo y que ganaron en confianza y en sensaciones para seguir siendo claves en el próximo partido.