Rafael González Robles (Avilés, 25 de octubre de 1970), más conocido como Rafa, pasó la mayor parte de su carrera como guardameta en las filas del Real Oviedo, donde estuvo cinco temporadas, y del Málaga CF, convirtiéndose en el portero titular en los dos ascensos consecutivos del cuadro boquerón a Segunda y Primera en 1998 y 1999. Un mito del malaguismo que este lunes tendrá el corazón partido con motivo del encuentro entre andaluces y asturianos en La Rosaleda, un duelo trascendental entre rivales directos.
Pues estoy muy bien, aquí en Avilés. Me dedico al fútbol desde aquí, pero viajo por todo el país como ojeador para el Red Bull Leipzig. Hago scout en España, no solo de porteros, de todo tipo de jugadores desde 16 años hasta primeros equipos. Todo el día viendo fútbol.
Sí, en el Oviedo pasé seis años, cinco antes de ir a Málaga y uno después. Fue el club que me dio la primera oportunidad de jugar en Primera División, y de ahí me fui a Málaga.
Sí. Fue una apuesta importante porque venía de Primera con el Oviedo y en el mercado de invierno me fui a Segunda B, da un poco de vértigo, pero tenía ganas de demostrar cosas en ese momento. En Oviedo me hice con la titularidad en la época de Antic y en el último partido me rompí la rodilla. Luego empecé la siguiente temporada de titular con Lillo, perdimos y al siguiente partido me quita. Decidí que había que cambiar de aires y me vine para Málaga aunque hubiera alguna opción de Segunda.
Coincidí con muy buena gente, éramos varios los futbolistas que recalamos en el equipo en Segunda B y al final llegamos a jugar la UEFA. Ese fue uno de los secretos del éxito, un vestuario con personas como Roteta, Sandro, Movilla, Larrainzar... Cualquier jugador que venía se adaptaba, había muy buen ambiente y eso fue muy importante para que los futbolistas triunfaran y dieran lo mejor aquí. Siempre hay que tener la casa bien organizada dentro, es fundamental y a veces no se tiene en cuenta. Vino gente de muchos países pero todos nos entendíamos y el día a día lo llevábamos los jugadores. Los veteranos nos encargábamos de gestionar aquello y se demostró cuando nos fuimos todos porque no se nos renovó que el equipo poco después descendió. Era un equipo que no estaba hecho a base de talonario, a poco que lo hubieran cuidado... Pero se optó por una filosofía que fue perjudicial para el club.
Sí, claro. Sé que el otro día empataron los dos, en Cádiz el Málaga, y el Oviedo en casa contra el Granada, veo los partidos por televisión. El partido del lunes es muy importante, va quedando menos y los puntos son claves. Los dos están muy necesitados y todo cuenta, será un partido muy complicado como todos en Segunda. Quizás el Málaga tenga un punto más de solidez desde mi punto de vista.
(Risas) Me encanta que me digan eso, cada vez que me llaman de allí siempre mencionan eso y yo lo noto. Todavía hoy en día la gente te saluda y te recuerda. La gente estaba muy conectada con ese equipo, te siguen dando las gracias por aquellos éxitos. Málaga es mi casa, no voy a decir que es mi segunda casa porque es mi casa.