Un excarbayón deja vacante un banquillo en LaLiga 1|2|3
A la espera de que se decida el último equipo en lograr el billete a LaLiga Santander y conozcamos los dos equipos que acompañarán a Racing y Fuenlabrada en su aventura en Segunda, el mercado ya ha comenzado a moverse. Son muchos, como es el caso del Real Oviedo, los que ya piensan en la configuración del equipo para la próxima campaña antes de que el mercado arranque de forma oficial el mercado.
Uno de los protagonistas en las últimas horas ha sido Cristóbal Parralo, que defendió la elástica azul durante la temporada 88/89, cuando llegó al conjunto carbayón en calidad de cedido por el Barcelona. El madrileño, que tenía contrato con el Alcorcón hasta 2020, no seguirá en el banquillo alfarero el próximo curso, después de confirmarse su marcha tras alcanzar un acuerdo entre ambas partes.
Cristóbal Parralo, que actualmente cuenta con 51 años, disputó un total de 454 partidos en Primera División durante su etapa como futbolista. 28 de ellos como jugador del Real Oviedo, en los que anotó tres goles, ante Cádiz, Elche y Osasuna, todos ellos en el Carlos Tartiere y en partidos en los que el cuadro asturiano se hizo con los tres puntos.
Al colgar las botas, el madrileño se unió al cuerpo técnico de Luis Fernández en el banquillo del Espanyol, club del que posteriormente fue director deportivo durante tres años. Su primera aventura como entrenador llegó en 2009, de la mano del Peña Deportiva en Segunda B, tras lo que pasó al Girona, con el que debutó en Segunda, pero solo dirigió al conjunto catalán durante nueve jornadas antes de ser destituido.
En 2016 volvió a los banquillos para dirigir al Fabril, filial del Deportivo de La Coruña, al que ascendió a Segunda B, y en octubre de 2017, tras la destitución de Pepe Mel, cogió las riendas del Dépor en Primera, del que también acabó cesado tras ocho derrotas, tres empates y dos victorias en trece jornadas.
En su única temporada en el Alcorcón, Cristóbal Parralo ha cumplido el objetivo de la salvación con varias jornadas de antelación antes del final de la competición. La primera vuelta fue muy buena, pulverizó récords, llegó a ser líder durante tres jornadas, de la 14 a la 16, y el equipo estuvo 722 minutos sin encajar un gol. Sin embargo, con la permanencia encarrilada, los números pasaron al extremo opuesto y el equipo registró la peor segunda vuelta de la temporada hasta terminar las últimas semanas encadenando derrotas en mitad de tabla.