Las razones del peor partido de la 'era Rozada'
El Real Oviedo puso fin a la racha de cinco partidos sin perder el pasado sábado en La Rosaleda. Jugadores y cuerpo técnico reconocieron tras el encuentro que el rival les había superado, pero ¿Por qué el conjunto malacitano pasó por encima del Oviedo?
Javi Rozada avisó en la previa del choque que el conjunto azul tenía que hacer el mejor partido de la temporada si quería ganar en Málaga. El análisis es sencillo, el equipo de Rozada mostró su cara más vulnerable y no fue capaz de controlar el partido en ningún momento.
Los futbolistas de ataque apenas
tuvieron la pelota en campo rival, y los medios estuvieron más pendientes de defender que de elaborar. La defensa estuvo bien, salvo en la acción puntual del gol, en la que Carlos Hernández se vio superado por la velocidad de Antoñín.
El segundo gol del Málaga llegó de penalti. Una pena máxima señalada por el árbitro principal y corroborada por el colegiado que estaba al frente del VAR. Es muy complicado ponerse en la piel de ambos y entender lo señalado, porque a medida que se ven más repeticiones existen menos dudas de que no fue infracción.
Las sensaciones han sido malas, pero ¿Quién tiene la culpa? Cuando un equipo pierde se le resta mérito al rival y se hace mucha autocrítica. En esta ocasión es de justicia reconocer el buen hacer del Málaga. El Oviedo de Rozada tiene un plan de juego, que se basa en la velocidad y en la verticalidad en campo contrario. En tierras malagueñas no pudo hacer su juego porque el equipo de Víctor Sánchez del Amo salió más intenso, se hizo con la posesión del balón y arrinconó al cuadro ovetense dentro de su propio área.
