La apuesta del Real Oviedo por la cantera siempre ha sido clara. Cada temporada se demuestra, como hizo este pasado verano subiendo a cinco jóvenes del Vetusta. El futuro de cualquier entidad pasa por sus escalafones inferiores y esa lección, el Oviedo, la tiene bien interiorizada. Por ello se pueden vivir situaciones como la del pasado viernes ante el Almería, en la que se pudieron ver hasta cuatro jugadores locales sobre el verde.
De inicio, Javi Rozada dio entrada a Jimmy y Borja Sánchez ante los andaluces. El primero de ellos no está explotando de la manera que se presuponía, pero darle minutos es la mejor manera de que vuelva a ser el jugador que deslumbró en el último tramo del pasado curso. Jugó en detrimento del Junto a él, un Borja que crece en cada partido y que se ha ido ganando un hueco a base de goles y gran juego.
En la segunda parte entraron al terreno de juego Saúl Berjón -hombre de la casa por antonomasia- y Riki, otro joven que ya ha tenido minutos y que también aprieta desde la base. En el último tramo del partido se pudieron ver hasta cuatro ovetenses en el Carlos Tartiere, defendiendo el escudo de su club. Además, en el banquillo se encontraban dos hombres más: Lucas Ahijado y Edu Cortina.
Una imagen que agrada a la afición al propio Oviedo y que motiva a los más jóvenes a luchar por un hueco al tener una posibilidad tan real de que se cumplan sus sueños de jugar en el primer equipo.