El protagonista este jueves en la sala de prensa del Lugo fue Borja Domínguez, un viejo conocido de la afición del Real Oviedo. Sólo estuvo seis meses como carbayón, pero vivió una temporada, la 2016/17, a las órdenes de Fernando Hierro y en la que el cuadro azul se quedó a dos puntos de las plazas de play off de ascenso a LaLiga Santander. Así, valoraba el encuentro del próximo lunes como un partido difícil en el que, sin embargo, espera ganar a su exequipo y sin excusas sobre la calidad del césped.
"Guardo muy buenos recuerdos de mi estancia en Oviedo, es un gran club, con una afición que apoya al máximo. Espero ganarles el lunes, y desde ahí, les deseo lo mejor", reseñaba Domínguez en su comparecencia. Cabe recordar que llegó cedido desde el Córdoba en enero de 2017 y llegó a disputar 579 minutos repartidos en 10 partidos con la elástica oviedista.
En cuanto al césped del Carlos Tartiere, conocido por sus numerosos problemas y que acaba de ser sometido a una gran reparación, el mediocentro gallego explicaba: "La superficie en Oviedo es particular, nunca acaba de recuperarse del todo, y condiciona el juego, pero tenemos que sobreponernos a todo y conseguir nuestra mejor versión".
Es consciente de que para el Lugo no será un encuentro fácil el que se disputa el próximo lunes en el estadio ovetense. Borja Domínguez señalaba que el del Cuco Ziganda es "un equipo rocoso, duro, trabajado, un bloque que sabe a lo que juega. Hay que tener cuidado. Arriba tienen gente con mucha calidad y potencial".
Borja Domínguez vuelve a contar para Mehdi Nafti, técnico del conjunto lucense, tras varias semanas fuera del grupo por lesión. "Han sido momentos duros, de dar muchas vueltas...Pero ya acabó. Tengo buenas sensaciones, con la rodilla cada vez mejor, y tratando de encontrar mi mejor versión", señalaba al respecto. "Lo peor es verse lejos de los terrenos de juego", sentenció.