La salida de Aissa Mandi, la clasificación para disputar la UEFA Europa League y la situación extraordinaria que afecta a los últimos mercados de fichajes terminaban por garantizar la permanencia de Edgar González en el primer equipo del Betis para la presente temporada. El Real Oviedo intentó, sin fortuna ni tampoco demasiada esperanza, su regreso, como también trataron de hacerse con su cesión otros equipos de LaLiga SmartBank como el Almería o el Zaragoza.
Además, las circunstancias le daban la titularidad al excarbayón en los primeros onces oficiales de Manuel Pellegrini este curso. Pero poco a poco, el nivel que ha ido exhibiendo ha convertido a Edgar en un fijo para el técnico chileno en el centro de la zaga bética, una posición diferente a la que ocupó en su temporada en el Carlos Tartiere, cuando formó pareja en el centro del campo con el entonces capitán Sergio Tejera.
Edgar González se ha convertido en mucho más que una promesa para el Betis, ya es toda una realidad. Tanto es así que, en estos momentos, es el segundo jugador más utilizado por el propio Pellegrini, con 803 minutos repartidos en siete encuentros del campeonato doméstico y otros dos de Europa League, y se ha ganado el favor de una insaciable afición que se deshace en elogios hacia su figura partido tras partido.
Y su excelso nivel tendrá premio. Tanto es así que, tal y como ha podido confirmar ElDesmarque, el Betis ya ha iniciado los contactos para renovar su contrato, que expira en 2023. En el club andaluz confían en que el central siga creciendo, por lo que la intención es alargar la vinculación entre ambas partes, subir su cláusula y brindarle unos emolumentos acordes a su rendimiento.
La sintonía de las partes es positiva y primaría la prioridad del propio Edgar, por cuya cabeza solo pasa seguir en Heliópolis. En cualquier caso, en estos primeros días se han producido los primeros tanteos y no tendrá una resolución inmediata, toda vez que el Betis también trabaja al mismo tiempo en otras renovaciones como las de Rodri, Borja Iglesias o Nabil Fekir.
Quién se lo iba a decir a Edgar cuando llegaba como casi un desconocido hace poco más de un año al Real Oviedo. Con apenas 24 años, en el Betis se frotan las manos.