El entrenador del Real Oviedo, José Ángel Ziganda, ha reconocido hoy que si su equipo quiere acabar el año "en el mismo sitio que otros catorce equipos de la categoría" va a ser fundamental mejorar sus resultados en el Tartiere. Donde solo han logrado ganar al Cartagena y adonde regresan este domingo para medirse al Málaga.
"Nuestra actitud es encomiable tanto en casa como fuera, pero esto se trata de ganar y no nos podemos escudar en la mala suerte cuando de seis solo hemos ganado uno como locales. Por sensaciones y ocasiones podíamos llevar más, pero la realidad es que no y para estar arriba hay que ganar". Ha admitido el técnico.
El navarro se mantiene firme en su postura de que los objetivos se logran en mayo y que la ansiedad por alcanzarlos debe ser acorde a esa fecha. Ha puesto como ejemplo para explicarlo a un Huesca que, por haber descendido este año, tiene una presión aún mayor.
"Han cesado a su técnico porque parecía que tenía que subir cuanto antes, hay ansiedad por lograr los objetivos antes de lo que se pueden lograr. Aquí también se palpan urgencias. En Málaga, que es un proyecto similar a este, solo tienen un punto más pero hay más tranquilidad", ha apuntado.
Ziganda ha señalado que "asume, acepta y convive" con esa exigencia y que se centra únicamente en ganar al Málaga. "En que el ruido influya lo menos posible" en el trabajo de su equipo, al que sigue viendo hacer "muchas cosas buenas".
"Caer ante el Burgos en casa nos hizo mucho daño a nivel mental, dejó mal sabor de boca y mermó la confianza. Tenemos que desquitarnos este domingo tras ganar en Ponferrada y darle una alegría a la afición. Eso significaría que damos un paso adelante en casa, y eso es muy importante", ha concluido.
El entrenador carbayón no cuenta con Javi Mier y no va a correr riesgos con Alejandro Arribas, aunque sí que citará este sábado a Luismi Sánchez. Al que no ve al ritmo del resto pero sí preparado "para jugar en caso de necesidad" tras dos meses fuera por lesión.